Salmos 2
La Palabra (Hispanoamérica)
Salmo 2
He ungido a mi rey en Sión
2 ¿Por qué las naciones se sublevan
y los pueblos urden planes sin sentido?
2 Los reyes de la tierra se rebelan,
los príncipes conspiran juntos
contra el Señor y su ungido:
3 “¡Rompamos sus ataduras,
desprendámonos de su yugo!”.
4 El que habita en el cielo se ríe,
el Señor se burla de ellos.
5 Les habla entonces con furia,
con su ira los atemoriza:
6 “He ungido a mi rey
en Sión, mi monte santo”.
7 Voy a proclamar el mandato del Señor.
Él me ha dicho: “Tú eres mi hijo,
yo te he engendrado hoy.
8 Pídemelo y te daré las naciones en herencia,
los confines de la tierra en heredad.
9 Los aplastarás con cetro de hierro,
los destrozarás cual vasija de alfarero”.
10 Y ahora, reyes, reflexionen,
recapaciten, jueces de la tierra.
11 Sirvan al Señor con reverencia,
festéjenlo emocionados,
12 [besen al hijo],
no sea que se enoje y anden perdidos
al estallar de repente su ira.
¡Dichosos los que en él confían!
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España