¿Por qué se rebelan[a] las naciones
    y en vano conspiran los pueblos?
Los reyes de la tierra se rebelan;
    los gobernantes se confabulan contra el Señor
    y contra su ungido.
Y dicen: «¡Hagamos pedazos sus cadenas!
    ¡Librémonos de su yugo!».

El que está en el trono de los cielos se ríe;
    el Señor se burla de ellos.
En su enojo los reprende,
    en su furor los asusta y dice:
«He establecido a mi rey
    sobre Sión, mi santo monte».

Yo proclamaré el decreto del Señor:

«Tú eres mi hijo», me ha dicho,
    «hoy mismo te he engendrado.
Pídeme,
    y como herencia te entregaré las naciones;
    serán tu propiedad los confines de la tierra.
Las gobernarás con cetro de hierro;
    las harás pedazos como a vasijas de barro».

10 Por eso ustedes, los reyes, sean prudentes;
    déjense enseñar, gobernantes de la tierra.
11 Sirvan al Señor con temor;
    con temblor ríndanle alabanza.
12 Besen al hijo,[b] no sea que se enoje
    y sean ustedes destruidos en el camino,
    pues su ira se inflama de repente.
¡Dichosos los que en él buscan refugio!

Footnotes

  1. 2:1 se rebelan. Alt. se enfurecen (LXX).
  2. 2:12 Besen al hijo. Texto de difícil traducción.

El reino del Ungido del Señor

¿Por qué se sublevan las naciones[a](A),
y los pueblos traman cosas vanas(B)?
Se levantan los reyes de la tierra(C),
y los gobernantes traman unidos
contra el Señor(D) y contra su Ungido[b](E), diciendo:
¡Rompamos sus cadenas[c](F)
y echemos de nosotros sus cuerdas!

Él que se sienta como Rey en los cielos se ríe(G),
el Señor se burla de ellos(H).
Luego les hablará en su ira(I),
y en su furor los aterrará(J), diciendo:
Pero yo mismo he consagrado[d] a mi Rey(K)
sobre Sión, mi santo monte(L).

Ciertamente anunciaré el decreto del Señor
que me dijo[e]: «Mi Hijo eres tú,
yo te he engendrado hoy(M).
Pídeme, y te daré(N) las naciones[f] como herencia tuya(O),
y como posesión tuya los confines de la tierra(P).
Tú los quebrantarás[g] con vara[h] de hierro(Q);
los desmenuzarás como vaso de alfarero(R)».

10 Ahora pues, oh reyes, mostrad discernimiento(S);
recibid amonestación, oh jueces[i] de la tierra.
11 Adorad[j] al Señor con reverencia[k](T),
y alegraos con temblor(U).
12 Honrad[l] al Hijo(V) para que no se enoje y perezcáis en el camino,
pues puede inflamarse de repente su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian(W)!

Footnotes

  1. Salmos 2:1 O, los gentiles
  2. Salmos 2:2 O, Mesías
  3. Salmos 2:3 O, ligaduras, o, coyundas
  4. Salmos 2:6 O, instalado
  5. Salmos 2:7 O, el decreto: el Señor me dijo
  6. Salmos 2:8 O, los gentiles
  7. Salmos 2:9 Otra posible lectura es: los regirás, o, los gobernarás
  8. Salmos 2:9 O, cetro
  9. Salmos 2:10 O, gobernantes
  10. Salmos 2:11 O, Servid
  11. Salmos 2:11 O, temor
  12. Salmos 2:12 Lit., Besad

El reino del Ungido del Señor

¿Por qué se sublevan las naciones[a](A),
Y los pueblos traman cosas vanas(B)?
Se levantan los reyes de la tierra(C),
Y los gobernantes traman unidos
Contra el Señor(D) y contra Su Ungido[b](E), diciendo:
«¡Rompamos Sus cadenas(F)
Y echemos de nosotros Sus cuerdas!».

El que se sienta como Rey en los cielos se ríe(G),
El Señor se burla de ellos(H).
Luego les hablará en Su ira(I),
Y en Su furor los aterrará, diciendo:(J)
«Pero Yo mismo he consagrado a Mi Rey(K)
Sobre Sión, Mi santo monte(L)».

«Ciertamente anunciaré el decreto del Señor
Que me dijo: “Mi Hijo eres Tú,
Yo te he engendrado hoy(M).
Pídeme, y te daré(N) las naciones como herencia Tuya(O),
Y como posesión Tuya los confines de la tierra(P).
Tú los quebrantarás con vara[c] de hierro(Q);
Los desmenuzarás como vaso de alfarero(R)”».

10 Ahora pues, oh reyes, muestren discernimiento(S);
Reciban amonestación, oh jueces de la tierra.
11 Adoren[d] al Señor con reverencia(T),
Y alégrense con temblor(U).
12 Honren al Hijo(V) para que no se enoje y perezcan en el camino,
Pues puede inflamarse de repente Su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en Él se refugian(W)!

Footnotes

  1. Salmos 2:1 O los gentiles.
  2. Salmos 2:2 O Mesías.
  3. Salmos 2:9 O cetro.
  4. Salmos 2:11 O Sirvan.

El reino del ungido de Jehová

¿Por qué se amotinan las gentes,

Y los pueblos piensan cosas vanas?

Se levantarán los reyes de la tierra,

Y príncipes consultarán unidos

Contra Jehová y contra su ungido,(A) diciendo:

Rompamos sus ligaduras,

Y echemos de nosotros sus cuerdas.

El que mora en los cielos se reirá;

El Señor se burlará de ellos.

Luego hablará a ellos en su furor,

Y los turbará con su ira.

Pero yo he puesto mi rey

Sobre Sion, mi santo monte.

Yo publicaré el decreto;

Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;

Yo te engendré hoy.(B)

Pídeme, y te daré por herencia las naciones,

Y como posesión tuya los confines de la tierra.

Los quebrantarás con vara de hierro;(C)

Como vasija de alfarero los desmenuzarás.

10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;

Admitid amonestación, jueces de la tierra.

11 Servid a Jehová con temor,

Y alegraos con temblor.

12 Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;

Pues se inflama de pronto su ira.

Bienaventurados todos los que en él confían.

Tú eres mi hijo

¿Por qué se alborotan los pueblos paganos?
¿Por qué hacen planes sin sentido?
Los reyes y gobernantes de la tierra
se rebelan, y juntos conspiran
contra el Señor y su rey escogido.
Y gritan:
«¡Vamos a quitarnos sus cadenas!
¡Vamos a librarnos de sus ataduras!»

El Señor, el que reina en el cielo,
se ríe de ellos;
luego, enojado, los asusta;
lleno de furor les dice:
«Ya he consagrado a mi rey sobre Sión, mi monte santo.»

Voy a anunciar la decisión del Señor:
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo;
yo te he engendrado hoy.
Pídeme que te dé las naciones como herencia
y hasta el último rincón del mundo en propiedad,
y yo te los daré.
Con cetro de hierro destrozarás a los reyes;
¡los harás pedazos como a ollas de barro!»

10 Reyes y gobernantes de la tierra, entiendan esto,
¡aprendan bien esta lección!
11-12 Adoren al Señor con alegría y reverencia;
inclínense ante él con temblor,
no sea que se enoje
y ustedes mueran en el camino,
pues su furor se enciende fácilmente.

¡Felices los que buscan protección en él!

Salmo de David. Masquil.

32 Dichoso aquel
    a quien se le perdonan sus transgresiones,
    cuyos pecados son cubiertos.
Dichoso aquel
    cuyo pecado el Señor no le toma en cuenta,
    y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras guardé silencio,
    mis huesos se fueron consumiendo
    por mi gemir de todo el día.
Mi fuerza se fue debilitando
    como al calor del verano,
porque día y noche
    tu mano pesaba sobre mí. Selah

Pero te confesé mi pecado
    y no te oculté mi maldad.
Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor».
    Y tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah

Que te invoquen todos los fieles
    en momentos que puedas ser hallado;
caudalosas aguas podrán desbordarse,
    pero no los alcanzarán.
Tú eres mi refugio;
    tú me protegerás del peligro
    y me rodearás con cánticos de liberación. Selah

El Señor dice:
«Yo te instruiré,
    yo te mostraré el camino que debes seguir;
    yo te daré consejos y velaré por ti.
No seas como el mulo o el caballo,
    que no tienen discernimiento,
y cuyo brío hay que domar con brida y freno
    para acercarlos a ti».
10 Muchos son los sufrimientos de los malvados,
    pero el gran amor del Señor
    envuelve a los que en él confían.

11 ¡Alégrense, ustedes los justos;
    regocíjense en el Señor!
¡Canten todos ustedes,
    los de corazón sincero!

Bienaventuranza del perdonado

Salmo de David. Masquil[a].

32 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada,
cuyo pecado es cubierto(A)!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad(B),
y en cuyo espíritu no hay engaño(C)!

Mientras callé mi pecado(D), mi cuerpo[b] se consumió(E)
con mi gemir[c] durante todo el día(F).
Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí(G);
mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano[d](H). (Selah[e])
Te manifesté mi pecado(I),
y no encubrí mi iniquidad(J).
Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor(K);
y tú perdonaste la culpa[f] de mi pecado(L). (Selah)
Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas ser hallado[g](M);
ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él(N).
Tú eres mi escondedero[h](O); de la angustia me preservarás(P);
con cánticos[i] de liberación me rodearás(Q). (Selah)

Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar(R);
te aconsejaré con mis ojos puestos en ti(S).
No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento(T);
cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,
porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos son los dolores del impío(U),
pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará(V).
11 Alegraos en el Señor y regocijaos, justos(W);
dad voces de júbilo, todos los rectos de corazón(X).

Footnotes

  1. Salmos 32:1 Posiblemente, Salmo didáctico, o contemplativo
  2. Salmos 32:3 O, mis huesos
  3. Salmos 32:3 Lit., rugir
  4. Salmos 32:4 Lit., mi savia vital se convirtió en la sequía del verano
  5. Salmos 32:4 Posiblemente, Pausa, Crescendo, o Interludio
  6. Salmos 32:5 O, iniquidad
  7. Salmos 32:6 Lit., en el tiempo de hallar
  8. Salmos 32:7 O, refugio
  9. Salmos 32:7 O, gritos

Bienaventuranza del perdonado

Salmo de David. Masquil[a].

32 ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya transgresión es perdonada,
Cuyo pecado es cubierto(A)!
¡Cuán bienaventurado es el hombre a quien el Señor no culpa de iniquidad(B),
Y en cuyo espíritu no hay engaño(C)!

Mientras callé mi pecado(D), mi cuerpo se consumió(E)
Con mi gemir durante todo el día(F).
Porque día y noche Tu mano pesaba sobre mí(G);
Mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano(H). (Selah)
Te manifesté mi pecado(I),
Y no encubrí mi iniquidad(J).
Dije: «Confesaré mis transgresiones al Señor(K)»;
Y Tú perdonaste la culpa[b] de mi pecado(L). (Selah)
Por eso, que todo santo ore a Ti en el tiempo en que puedas ser hallado(M);
Ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán estas a él(N).
Tú eres mi escondedero(O); de la angustia me preservarás(P);
Con cánticos de liberación me rodearás(Q). (Selah)

Yo te haré saber y te enseñaré el camino en que debes andar(R);
Te aconsejaré con Mis ojos puestos en ti(S).
No seas como el caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento(T);
Cuyos arreos incluyen brida y freno para sujetarlos,
Porque si no, no se acercan a ti.
10 Muchos son los dolores del impío(U),
Pero al que confía en el Señor, la misericordia lo rodeará(V).
11 Alégrense en el Señor y regocíjense, justos(W);
Den voces de júbilo todos ustedes, los rectos de corazón(X).

Footnotes

  1. Salmos 32:1 Posiblemente, Salmo didáctico, o contemplativo.
  2. Salmos 32:5 O iniquidad.

La dicha del perdón

Salmo de David. Masquil.

32 Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.

Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad,(A)

Y en cuyo espíritu no hay engaño.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos

En mi gemir todo el día.

Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;

Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah

Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad.

Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová;

Y tú perdonaste la maldad de mi pecado.(B) Selah

Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado;

Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán estas a él.

Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia;

Con cánticos de liberación me rodearás. Selah

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar;

Sobre ti fijaré mis ojos.

No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento,

Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,

Porque si no, no se acercan a ti.

10 Muchos dolores habrá para el impío;

Mas al que espera en Jehová, le rodea la misericordia.

11 Alegraos en Jehová y gozaos, justos;

Y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.

Confesión y perdón

(1a) Instrucción de David.

32 (1b) Feliz el hombre a quien sus culpas y pecados
le han sido perdonados por completo.
Feliz el hombre que no es mal intencionado
y a quien el Señor no acusa de falta alguna.

Mientras no confesé mi pecado,
mi cuerpo iba decayendo
por mi gemir de todo el día,
pues de día y de noche
tu mano pesaba sobre mí.
Como flor marchita por el calor del verano,
así me sentía decaer.

Pero te confesé sin reservas
mi pecado y mi maldad;
decidí confesarte mis pecados,
y tú, Señor, los perdonaste.

Por eso, en momentos de angustia
los fieles te invocarán,
y aunque las aguas caudalosas se desborden,
no llegarán hasta ellos.
Tú eres mi refugio:
me proteges del peligro,
me rodeas de gritos de liberación.

El Señor dice:
«Mis ojos están puestos en ti.
Yo te daré instrucciones,
te daré consejos,
te enseñaré el camino que debes seguir.
No seas como el mulo o el caballo,
que no pueden entender
y hay que detener su brío
con el freno y con la rienda,
pues de otra manera no se acercan a ti.»

10 Los malvados tendrán muchos dolores,
pero el amor del Señor envuelve
a los que en él confían.
11 Alégrense en el Señor,
hombres buenos y honrados;
¡alégrense y griten de alegría!

Al director musical. Para Jedutún. Salmo de David.

62 Solo en Dios halla descanso mi alma;
    de él viene mi salvación.
Solo él es mi roca y mi salvación;
    él es mi refugio,
    ¡jamás caeré!

¿Hasta cuándo atacarán todos ustedes
    a un hombre para derribarlo,
como si fuera un muro inclinado
    o una cerca a punto de derrumbarse?
Solo quieren derribarlo
    de su lugar de honor.
    Se complacen en la mentira:
bendicen con la boca,
    pero maldicen con el corazón. Selah

Solo en Dios halla descanso mi alma;
    de él viene mi esperanza.
Solo él es mi roca y mi salvación;
    él es mi refugio,
    ¡no caeré!
Dios es mi salvación y mi gloria;
    es la roca que me fortalece;
    mi refugio está en Dios.
Oh, pueblo, confía en él siempre,
    derrama ante él tu corazón,
    pues Dios es nuestro refugio. Selah

Una quimera es la gente de humilde cuna,
    y una mentira la gente de alta alcurnia;
si se les pusiera juntos en la balanza,
    pesarían menos que un soplo.
10 No confíen en la extorsión
    ni se hagan ilusiones con sus rapiñas;
y aunque se multipliquen sus riquezas,
    no pongan el corazón en ellas.

11 Una cosa ha dicho Dios
    y dos veces lo he escuchado:
Que tú, oh Dios, eres poderoso;
12     que tú, Señor, eres todo amor;
que tú pagarás a cada uno
    según lo que merezcan sus obras.

Dios, el único refugio

Para el director del coro; según Jedutún[a]. Salmo de David.

62 En Dios solamente espera en silencio mi alma(A);
de Él viene mi salvación(B).
Solo Él es mi roca y mi salvación(C),
mi baluarte(D), nunca seré sacudido[b].

¿Hasta cuándo atacaréis a un hombre,
vosotros todos, para derribarlo[c],
como pared inclinada(E), como cerca que se tambalea?
Solamente consultan para derribarlo de su eminencia;
en la falsedad se deleitan(F);
bendicen con la boca,
pero por dentro maldicen(G). (Selah[d])

Alma mía, espera en silencio[e] solamente en Dios(H),
pues de Él viene mi esperanza.
Solo Él es mi roca y mi salvación(I),
mi refugio, nunca seré sacudido.
En Dios descansan mi salvación y mi gloria(J);
la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios(K).
Confiad en Él en todo tiempo(L), oh pueblo;
derramad vuestro corazón delante de Él(M);
Dios es nuestro refugio. (Selah)

Los hombres de baja condición(N) solo son vanidad(O), y los de alto rango son mentira(P);
en la balanza suben(Q),
todos juntos pesan menos que un soplo.
10 No confiéis en la opresión(R),
ni en el robo pongáis vuestra esperanza[f](S);
si las riquezas aumentan, no pongáis el corazón en ellas(T).

11 Una vez[g] ha hablado Dios(U);
dos veces he oído esto[h]:
Que de Dios es el poder(V);
12 y tuya es, oh Señor, la misericordia(W),
pues tú pagas al hombre conforme a sus obras(X).

Footnotes

  1. Salmos 62:1 Véase 1 Crón. 16:41; 25:1; Sal. 39 y 77
  2. Salmos 62:2 Lit., sacudido mucho
  3. Salmos 62:3 Lit., matarlo
  4. Salmos 62:4 Posiblemente, Pausa, Crescendo, o Interludio
  5. Salmos 62:5 Lit., guarda silencio
  6. Salmos 62:10 Lit., no os envanezcáis en el robo
  7. Salmos 62:11 O, Una cosa
  8. Salmos 62:11 O, estas dos cosas he oído

Dios, el único refugio

Para el director del coro; según Jedutún. Salmo de David.

62 En Dios solamente espera en silencio mi alma(A);
De Él viene mi salvación(B).
Solo Él es mi roca y mi salvación(C),
Mi baluarte(D), nunca seré sacudido.

¿Hasta cuándo atacarán a un hombre,
Todos ustedes, para derribarlo,
Como pared inclinada(E), como cerca que se tambalea?
Ellos solamente consultan para derribarlo de su eminencia;
En la falsedad se deleitan(F);
Bendicen con la boca,
Pero por dentro maldicen(G). (Selah)

Alma mía, espera en silencio solamente en Dios(H),
Pues de Él viene mi esperanza.
Solo Él es mi roca y mi salvación(I),
Mi refugio, nunca seré sacudido.
En Dios descansan mi salvación y mi gloria(J);
La roca de mi fortaleza, mi refugio, está en Dios(K).
Confíen en Él en todo tiempo(L),
Oh pueblo; derramen su corazón delante de Él(M);
Dios es nuestro refugio. (Selah)

Los hombres de baja condición(N) solo son vanidad(O), y los de alto rango son mentira(P);
En la balanza suben(Q),
Todos juntos pesan menos que un soplo.
10 No confíen ustedes en la opresión(R),
Ni en el robo pongan su esperanza(S);
Si las riquezas aumentan, no pongan el corazón en ellas(T).

11 Una vez ha hablado Dios(U);
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder(V);
12 Y Tuya es, oh Señor, la misericordia(W),
Pues Tú pagas al hombre conforme a sus obras(X).

Dios, el único refugio

Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

62 En Dios solamente está acallada mi alma;

De él viene mi salvación.

Él solamente es mi roca y mi salvación;

Es mi refugio, no resbalaré mucho.

¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,

Tratando todos vosotros de aplastarle

Como pared desplomada y como cerca derribada?

Solamente consultan para arrojarle de su grandeza.

Aman la mentira;

Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah

Alma mía, en Dios solamente reposa,

Porque de él es mi esperanza.

Él solamente es mi roca y mi salvación.

Es mi refugio, no resbalaré.

En Dios está mi salvación y mi gloria;

En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.

Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;

Derramad delante de él vuestro corazón;

Dios es nuestro refugio. Selah

Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;

Pesándolos a todos igualmente en la balanza,

Serán menos que nada.

10 No confiéis en la violencia,

Ni en la rapiña; no os envanezcáis;

Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.

11 Una vez habló Dios;

Dos veces he oído esto:

Que de Dios es el poder,

12 Y tuya, oh Señor, es la misericordia;

Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.(A)

Dios, el único refugio

(1) Del maestro de coro. De Jedutún. Salmo de David.

    62 (2) Sólo en Dios encuentro paz;
    mi salvación viene de él.
    (3) Sólo él me salva y me protege.
    No caeré, porque él es mi refugio.

(4) ¿Hasta cuándo me atacarán ustedes
y tratarán de echarme abajo,
cual si fuera una pared que se derrumba
o una cerca a punto de caer al suelo?
(5) Sólo piensan en derribarme;
su mayor placer es la mentira.
Me alaban con los labios,
pero me maldicen con el pensamiento.

    (6) Sólo en Dios encuentro paz;
    pues mi esperanza viene de él.
    (7) Sólo él me salva y me protege.
    No caeré, porque él es mi refugio.

(8) De Dios dependen mi salvación y mi honor;
él es mi protección y mi refugio.
(9) ¡Pueblo mío, confía siempre en él!
¡Háblenle en oración con toda confianza!
¡Dios es nuestro refugio!

(10) El hombre es pura ilusión,
tanto el pobre como el rico;
si en una balanza los pesaran juntos,
pesarían menos que nada.
10 (11) No confíen en la violencia;
¡no se endiosen con el pillaje!
Si llegan a ser ricos,
no pongan su confianza en el dinero.

11-12 (12-13) Más de una vez he escuchado
esto que Dios ha dicho:
que el poder y el amor le pertenecen,
y que él recompensa a cada uno
conforme a lo que haya hecho.

Salmo para cantarse en sábado.

92 ¡Cuán bueno, Señor, es darte gracias
    y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre;
proclamar tu gran amor por la mañana
    y tu fidelidad por la noche,
al son de la lira de diez cuerdas
    y la melodía del arpa!

Tú, Señor, me llenas de alegría con tus maravillas;
    por eso alabaré jubiloso las obras de tus manos.
Oh Señor, ¡cuán imponentes son tus obras
    y cuán profundos tus pensamientos!
Los insensatos no lo saben;
    los necios no lo entienden:
aunque broten como hierba los malvados
    y florezcan todos los malhechores,
    para siempre serán destruidos.

Solo tú, Señor, serás exaltado para siempre.

Ciertamente tus enemigos, Señor,
    ciertamente tus enemigos perecerán;
¡dispersados por todas partes
    serán todos los malhechores!
10 Me has dado las fuerzas de un toro salvaje;
    me has ungido con el mejor aceite.
11 Me has hecho ver la caída de mis adversarios
    y oír la derrota de mis malvados enemigos.

12 Como palmeras florecen los justos;
    como cedros del Líbano crecen.
13 Plantados en la casa del Señor,
    florecen en los atrios de nuestro Dios.
14 Aun en su vejez, darán fruto,
    siempre estarán saludables y frondosos
15 para proclamar: «El Señor es justo,
    él es mi roca y en él no hay injusticia».

Alabanza por la bondad del Señor

Salmo. Cántico para el día de reposo.

92 Bueno es dar gracias al Señor(A),
y cantar alabanzas a tu nombre(B), oh Altísimo;
anunciar por la mañana tu bondad(C),
y tu fidelidad por las noches(D),
con[a] el decacordio[b](E) y con[c] el arpa(F),
con[d] la música sonora de[e] la lira(G).
Porque tú, oh Señor, me has alegrado con tus obras[f](H),
cantaré con gozo(I) ante las obras de tus manos(J).

¡Qué grandes son tus obras(K), oh Señor,
cuán profundos(L) tus pensamientos[g](M)!
El hombre torpe no tiene conocimiento,
y el necio no entiende esto(N):
que cuando los impíos brotaron como la hierba(O),
y florecieron todos los que hacían iniquidad(P),
solo fue para ser destruidos para siempre(Q).
Mas tú, oh Señor, excelso eres[h] eternamente(R).
Porque he aquí, tus enemigos, Señor,
porque he aquí, tus enemigos perecerán(S);
serán esparcidos todos los que hacen iniquidad(T).

10 Pero tú has exaltado mi poder[i](U) como el del búfalo;
he sido ungido con aceite fresco(V).
11 Mis ojos satisfechos han mirado(W) a los que me acechaban,
y oyen mis oídos de los malhechores que se levantan contra mí.
12 El justo florecerá(X) como la palma,
crecerá como cedro en el Líbano(Y).
13 Plantados en la casa del Señor(Z),
florecerán en los atrios de nuestro Dios(AA).
14 Aun en la vejez darán fruto(AB);
estarán vigorosos[j] y muy verdes,
15 para anunciar cuán recto es el Señor(AC),
mi roca(AD), y que no hay injusticia en Él(AE).

Footnotes

  1. Salmos 92:3 Lit., sobre
  2. Salmos 92:3 O, instrumento de diez cuerdas
  3. Salmos 92:3 Lit., sobre
  4. Salmos 92:3 Lit., sobre
  5. Salmos 92:3 Lit., por medio de
  6. Salmos 92:4 Lit., con el obrar tuyo
  7. Salmos 92:5 O, propósitos
  8. Salmos 92:8 O, estás en alto
  9. Salmos 92:10 Lit., cuerno
  10. Salmos 92:14 O, llenos de savia; lit., gordos

Alabanza por la bondad del Señor

Salmo. Cántico para el día de reposo.

92 Bueno es dar gracias al Señor(A),
Y cantar alabanzas a Tu nombre(B), oh Altísimo;
Anunciar por la mañana Tu bondad(C),
Y Tu fidelidad por las noches(D),
Con laúd de diez cuerdas(E) y con el arpa(F),
Con la música sonora de la lira(G).
Porque Tú, oh Señor, me has alegrado con Tus obras(H),
Cantaré con gozo(I) ante las obras de Tus manos(J).

¡Qué grandes son Tus obras(K), oh Señor,
Cuán profundos(L) Tus pensamientos(M)!
El hombre torpe no tiene conocimiento,
Y el necio no entiende esto(N):
Que cuando los impíos brotaron como la hierba(O),
Y florecieron todos los que hacían iniquidad(P),
Solo fue para ser destruidos para siempre(Q).
Pero Tú, oh Señor, excelso eres eternamente(R).
Porque Tus enemigos, Señor,
Porque Tus enemigos perecerán(S);
Serán esparcidos todos los que hacen iniquidad(T).

10 Pero Tú has exaltado mi poder(U) como el del búfalo;
He sido ungido con aceite fresco(V).
11 Mis ojos satisfechos han mirado(W) a los que me acechaban,
Y oyen mis oídos de los malhechores que se levantan contra mí.
12 El justo florecerá(X) como la palma,
Crecerá como cedro en el Líbano(Y).
13 Plantados en la casa del Señor(Z),
Florecerán en los atrios de nuestro Dios(AA).
14 Aun en la vejez darán fruto(AB);
Estarán vigorosos y muy verdes,
15 Para anunciar cuán recto es el Señor(AC);
Él es mi Roca(AD), y que en Él no hay injusticia(AE).

Alabanza por la bondad de Dios

Salmo. Cántico para el día de reposo.[a]

92 Bueno es alabarte, oh Jehová,

Y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo;

Anunciar por la mañana tu misericordia,

Y tu fidelidad cada noche,

En el decacordio y en el salterio,

En tono suave con el arpa.

Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con tus obras;

En las obras de tus manos me gozo.

¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová!

Muy profundos son tus pensamientos.

El hombre necio no sabe,

Y el insensato no entiende esto.

Cuando brotan los impíos como la hierba,

Y florecen todos los que hacen iniquidad,

Es para ser destruidos eternamente.

Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo.

Porque he aquí tus enemigos, oh Jehová,

Porque he aquí, perecerán tus enemigos;

Serán esparcidos todos los que hacen maldad.

10 Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo;

Seré ungido con aceite fresco.

11 Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos;

Oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.

12 El justo florecerá como la palmera;

Crecerá como cedro en el Líbano.

13 Plantados en la casa de Jehová,

En los atrios de nuestro Dios florecerán.

14 Aun en la vejez fructificarán;

Estarán vigorosos y verdes,

15 Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto,

Y que en él no hay injusticia.

Footnotes

  1. Salmos 92:1 Aquí equivale a sábado.

Un canto de alabanza

(1) Salmo y cántico para el sábado.

92 (2) Altísimo Señor,
¡qué bueno es darte gracias
y cantar himnos en tu honor!
(3) Anunciar por la mañana y por la noche
tu gran amor y fidelidad,
(4) al son de instrumentos de cuerda,
con música suave de arpa y de salterio.

(5) Oh Señor,
¡tú me has hecho feliz con tus acciones!
¡Tus obras me llenan de alegría!
(6) Oh Señor,
¡qué grandes son tus obras!,
¡qué profundos tus pensamientos!
(7) ¡Sólo los necios no pueden entenderlo!
(8) Si los malvados y malhechores
crecen como la hierba, y prosperan,
es sólo para ser destruidos para siempre.
(9) Pero tú, Señor, por siempre estás en lo alto.
(10) Una cosa es cierta, Señor:
que tus enemigos serán destruidos;
que todos los malhechores serán dispersados.

10 (11) Tú aumentas mis fuerzas
como las fuerzas de un toro,
y viertes perfume sobre mi cabeza.
11 (12) He de ver cómo caen mis enemigos;
¡he de oír las quejas de esos malvados!

12 (13) Los buenos florecen como las palmas
y crecen como los cedros del Líbano.
13 (14) Están plantados en el templo del Señor;
florecen en los atrios de nuestro Dios.
14 (15) Aun en su vejez, darán fruto;
siempre estarán fuertes y lozanos,
15 (16) y anunciarán que el Señor, mi protector,
es recto y no hay en él injusticia.

Cántico de los peregrinos. De David.

122 Yo me alegré con los que me dijeron:
    «Vamos a la casa del Señor».
¡Jerusalén, ya nuestros pies
    se han plantado ante tus portones!

¡Jerusalén, ciudad edificada
    para que en ella todos se congreguen![a]
A ella suben las tribus,
    las tribus del Señor,
para alabar su nombre
    conforme al mandato que recibió Israel.
Allí están los tribunales de justicia,
    los tribunales de la casa de David.

Pidan por la paz de Jerusalén:
    «Que vivan en paz los que te aman.
Que haya paz dentro de tus murallas,
    seguridad en tus fortalezas».
En favor de mis hermanos y amigos, diré:
    «¡Que la paz sea contigo!».
Por la casa del Señor nuestro Dios
    procuraré tu bienestar.

Footnotes

  1. 122:3 ¡Jerusalén, … se congreguen! Alt. Jerusalén, edificada como ciudad, en la que todo se mantiene bien unido.

Oración por la paz de Jerusalén

Cántico de ascenso gradual[a]; de David.

122 Yo me alegré cuando me dijeron:
Vamos a la casa del Señor(A).
Plantados están nuestros pies
dentro de tus puertas(B), oh Jerusalén.
Jerusalén, que está edificada(C)
como ciudad compacta, bien unida(D),
a la cual suben las tribus(E), las tribus del Señor[b],
(lo cual es ordenanza[c] para Israel)
para alabar[d] el nombre del Señor.
Porque allí se establecieron tronos para juicio(F),
los tronos de la casa de David.

Orad por la paz de Jerusalén(G):
Sean prosperados los que te aman(H).
Haya paz dentro de tus muros(I),
y prosperidad en tus palacios(J).
Por amor de mis hermanos y de mis amigos(K)
diré ahora: Sea la paz en ti(L).
Por amor de la casa del Señor nuestro Dios
procuraré tu bien(M).

Footnotes

  1. Salmos 122:1 Véase la nota al subtítulo del Salmo 120
  2. Salmos 122:4 Heb., Yah
  3. Salmos 122:4 O, testimonio
  4. Salmos 122:4 O, dar gracias

Oración por la paz de Jerusalén

Cántico de ascenso gradual; de David.

122 Yo me alegré cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor(A)».
Plantados están nuestros pies
Dentro de tus puertas(B), oh Jerusalén.
Jerusalén, que está edificada(C)
Como ciudad compacta, bien unida(D),
A la cual suben las tribus(E), las tribus del Señor,
(Lo cual es ordenanza para Israel)
Para alabar el nombre del Señor.
Porque allí se establecieron tronos para juicio(F),
Los tronos de la casa de David.

Oren ustedes por la paz de Jerusalén(G):
«Sean prosperados los que te aman(H).
Haya paz dentro de tus muros(I),
Y prosperidad en tus palacios(J)».
Por amor de mis hermanos y de mis amigos(K),
Diré ahora: «Sea la paz en ti(L)».
Por amor de la casa del Señor nuestro Dios
Procuraré tu bien(M).

Oración por la paz de Jerusalén

Cántico gradual; de David.

122 Yo me alegré con los que me decían:

A la casa de Jehová iremos.

Nuestros pies estuvieron

Dentro de tus puertas, oh Jerusalén.

Jerusalén, que se ha edificado

Como una ciudad que está bien unida entre sí.

Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH,

Conforme al testimonio dado a Israel,

Para alabar el nombre de Jehová.

Porque allá están las sillas del juicio,

Los tronos de la casa de David.

Pedid por la paz de Jerusalén;

Sean prosperados los que te aman.

Sea la paz dentro de tus muros,

Y el descanso dentro de tus palacios.

Por amor de mis hermanos y mis compañeros

Diré yo: La paz sea contigo.

Por amor a la casa de Jehová nuestro Dios

Buscaré tu bien.

Alabanzas a Jerusalén

(1a) Cántico de las subidas, de David.

122 (1b) ¡Qué alegría cuando me dicen:
«Vamos al templo del Señor»!
Jerusalén,
¡ya estamos dentro de tus puertas!
Jerusalén, ciudad construida
para que en ella se reúna la comunidad.
A ella vienen las tribus del Señor
para alabar su nombre,
como se le ordenó a Israel.
En ella están los tribunales de justicia,
los tribunales de la casa real de David.

Digan ustedes de corazón:
    «Que haya paz en ti, Jerusalén;
    que vivan tranquilos los que te aman.
    Que haya paz en tus murallas;
    que haya seguridad en tus palacios.»

Y ahora, por mis hermanos y amigos diré:
    «Que haya paz en ti.
    Por el templo del Señor nuestro Dios,
    procuraré tu bien.»