Salmos 141
La Palabra (Hispanoamérica)
Salmo 141 (140)
Señor, acude a mí
141 Salmo de David.
Señor, a ti clamo, acude a mí,
escucha mi voz cuando te llamo.
2 Que mi oración sea ante ti como incienso,
mis manos alzadas como ofrenda de la tarde.
3 Señor, pon en mi boca un centinela
que vigile a la puerta de mis labios.
4 No dejes que mi corazón se incline al mal,
que cometa injusticias con los malhechores.
¡Que no pruebe yo sus manjares!
5 Que el justo por amor me corrija y me reprenda,
que el aceite del malvado no perfume mi cabeza,
que mi oración se alce frente a sus maldades.
6 Serán arrojados sus magistrados contra las rocas
y sabrán entonces que eran suaves mis palabras.
7 Como tierra que se rompe y desmenuza,
se esparcen sus huesos
a las puertas del reino de los muertos.
8 Señor, Dios mío, hacia ti dirijo mis ojos,
en ti me refugio, no me desampares.
9 Guárdame de la red que me han tendido,
de las trampas de los malhechores.
10 Que caigan los malvados en sus trampas,
mientras yo sigo adelante.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España