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Porque los labios de la extraña destilan miel, Y su paladar es más blando que el aceite;

Mas su fin es amargo como el ajenjo, Agudo como cuchillo de dos filos.

Sus pies descienden á la muerte; Sus pasos sustentan el sepulcro:

Sus caminos son instables; no los conocerás, Si no considerares el camino de vida.

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