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Leyes diversas y bendición sacerdotal (5—6)

Purificación del campamento

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Manda a los israelitas que expulsen del campamento a todo leproso, a todos los que padezcan flujo seminal y a todos los impuros por contacto con un cadáver. Expulsarán tanto a hombres como a mujeres; los harán salir fuera para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito.

Así lo hicieron los israelitas: los expulsaron del campamento, cumpliendo de este modo lo que el Señor había mandado a Moisés.

Reparación de delitos

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Dí a los israelitas: Cuando un hombre o una mujer es infiel al Señor, cometiendo un pecado en perjuicio de otro, se hace culpable. La persona en cuestión confesará el pecado que cometió, compensará el daño en su totalidad, añadirá a ello la quinta parte y se lo entregará a quien perjudicó. Y si la persona perjudicada no tuviere pariente a quien resarcir por el daño, será el Señor quien, en la persona del sacerdote, reciba la indemnización, además del carnero expiatorio en reparación de la culpa cometida. La ofrenda de cualquier cosa sagrada que los israelitas presenten al sacerdote, será para el sacerdote. 10 Las ofrendas sagradas que haga cada uno, le pertenecen a él; lo que dé al sacerdote, será para el sacerdote.

Ley sobre los celos

11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

12 — Di esto a los israelitas: Puede suceder que una mujer se descarríe y sea infiel a su marido 13 acostándose con otro hombre sin que su marido lo sepa, ya que ella lo ha ocultado y no hay testigo contra ella, ni ha sido sorprendida en el acto; 14 si el marido sufre un ataque de celos, tanto si su esposa es inocente como si no lo es, 15 llevará a su mujer ante el sacerdote, aportando como ofrenda por ella dos kilos y doscientos gramos de harina de cebada. No echará sobre la ofrenda aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda que recuerda y trae a la memoria el pecado.

16 El sacerdote hará que la mujer se acerque y se ponga en pie en presencia del Señor; 17 tomará luego agua santa en una vasija de barro, junto con un poco de polvo del suelo donde se asienta la Morada, y lo echará en el agua. 18 Siguiendo la mujer en pie ante el Señor, el sacerdote le descubrirá la cabeza y pondrá en sus manos la ofrenda recordativa, es decir, la ofrenda de los celos, mientras él sostiene en su mano el agua amarga de la maldición. 19 Entonces el sacerdote tomará juramento a la mujer diciéndole: “Si ninguno se ha acostado contigo y no te has deshonrado siendo infiel a tu marido, que te veas libre de estas aguas amargas que acarrean maldición. 20 Pero si has sido infiel a tu marido y te has deshonrado acostándote con alguien que no es tu marido, 21 (aquí el sacerdote proferirá sobre la mujer este juramento de maldición, diciendo:) que el Señor te haga objeto de maldición y execración en medio de tu pueblo, que haga que tu criatura se malogre y que se hinche tu vientre; 22 que esta agua que acarrea maldición penetre en tus entrañas y haga que se hinche tu vientre y se malogre tu criatura”. Y la mujer contestará: “Amén, amén”.

23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en una hoja y las disolverá en el agua de amargura; 24 luego hará beber a la mujer el agua amarga de la maldición, para que penetre en ella con toda su amargura. 25 Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos y la presentará ante el Señor con el rito de la elevación, poniéndola sobre el altar. 26 El sacerdote tomará una parte de la ofrenda como porción representativa, la quemará sobre el altar y finalmente hará beber el agua a la mujer. 27 Una vez que la haya bebido, si verdaderamente se ha deshonrado y ha sido infiel a su marido, el agua de la maldición penetrará en ella con toda su amargura, su vientre se hinchará, se malogrará su criatura y será objeto de maldición en medio de su pueblo. 28 Pero si no se deshonró, sino que está sin mancha alguna, entonces quedará ilesa y será capaz de procrear.

29 Este es el ritual a seguir en casos de celos, cuando una mujer sea infiel a su marido y se deshonre, 30 o cuando el marido tenga un ataque de celos con respecto a su mujer. En tales casos se presentará la mujer ante el Señor y el sacerdote ejecutará en ella este ritual completo. 31 El marido quedará exento de culpa y la mujer cargará con su pecado.

Todo inmundo es echado fuera del campamento

Jehová habló a Moisés, diciendo: Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto. Así a hombres como a mujeres echaréis; fuera del campamento los echaréis, para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito. Y lo hicieron así los hijos de Israel, y los echaron fuera del campamento; como Jehová dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.

Ley sobre la restitución

Además habló Jehová a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel: El hombre o la mujer que cometiere alguno de todos los pecados con que los hombres prevarican contra Jehová y delinquen, aquella persona confesará el pecado que cometió, y compensará enteramente el daño, y añadirá sobre ello la quinta parte, y lo dará a aquel contra quien pecó. Y si aquel hombre no tuviere pariente al cual sea resarcido el daño, se dará la indemnización del agravio a Jehová entregándola al sacerdote, además del carnero de las expiaciones, con el cual hará expiación por él.(A) Toda ofrenda de todas las cosas santas que los hijos de Israel presentaren al sacerdote, suya será. 10 Y lo santificado de cualquiera será suyo; asimismo lo que cualquiera diere al sacerdote, suyo será.

Ley sobre los celos

11 También Jehová habló a Moisés, diciendo: 12 Habla a los hijos de Israel y diles: Si la mujer de alguno se descarriare, y le fuere infiel, 13 y alguno cohabitare con ella, y su marido no lo hubiese visto por haberse ella amancillado ocultamente, ni hubiere testigo contra ella, ni ella hubiere sido sorprendida en el acto; 14 si viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, habiéndose ella amancillado; o viniere sobre él espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer, no habiéndose ella amancillado; 15 entonces el marido traerá su mujer al sacerdote, y con ella traerá su ofrenda, la décima parte de un efa de harina de cebada; no echará sobre ella aceite, ni pondrá sobre ella incienso, porque es ofrenda de celos, ofrenda recordativa, que trae a la memoria el pecado.

16 Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová. 17 Luego tomará el sacerdote del agua santa en un vaso de barro; tomará también el sacerdote del polvo que hubiere en el suelo del tabernáculo, y lo echará en el agua. 18 Y hará el sacerdote estar en pie a la mujer delante de Jehová, y descubrirá la cabeza de la mujer, y pondrá sobre sus manos la ofrenda recordativa, que es la ofrenda de celos; y el sacerdote tendrá en la mano las aguas amargas que acarrean maldición. 19 Y el sacerdote la conjurará y le dirá: Si ninguno ha dormido contigo, y si no te has apartado de tu marido a inmundicia, libre seas de estas aguas amargas que traen maldición; 20 mas si te has descarriado de tu marido y te has amancillado, y ha cohabitado contigo alguno fuera de tu marido 21 (el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Jehová te haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche; 22 y estas aguas que dan maldición entren en tus entrañas, y hagan hinchar tu vientre y caer tu muslo. Y la mujer dirá: Amén, amén.

23 El sacerdote escribirá estas maldiciones en un libro, y las borrará con las aguas amargas; 24 y dará a beber a la mujer las aguas amargas que traen maldición; y las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar. 25 Después el sacerdote tomará de la mano de la mujer la ofrenda de los celos, y la mecerá delante de Jehová, y la ofrecerá delante del altar. 26 Y tomará el sacerdote un puñado de la ofrenda en memoria de ella, y lo quemará sobre el altar, y después dará a beber las aguas a la mujer. 27 Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo. 28 Mas si la mujer no fuere inmunda, sino que estuviere limpia, ella será libre, y será fecunda.

29 Esta es la ley de los celos, cuando la mujer cometiere infidelidad contra su marido, y se amancillare; 30 o del marido sobre el cual pasare espíritu de celos, y tuviere celos de su mujer; la presentará entonces delante de Jehová, y el sacerdote ejecutará en ella toda esta ley. 31 El hombre será libre de iniquidad, y la mujer llevará su pecado.