Jeremías 32:16-35

La Biblia de las Américas

¹⁶ Entonces oré al Señor, después de haber dado la escritura de compra a Baruc, hijo de Nerías, diciendo^(A): ¹⁷ «¡Ah, Señor Dios^[a]! He aquí^(B), tú hiciste los cielos y la tierra con tu gran poder y con tu brazo extendido^(C); nada es imposible para ti^(D), ¹⁸ que muestras misericordia a millares, pero que castigas la iniquidad de los padres en^[b] sus hijos después de ellos^(E), oh grande^(F) y poderoso Dios^(G), el Señor de los ejércitos es su nombre^(H); ¹⁹ grande en consejo y poderoso en obras^(I), cuyos ojos están abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres^(J), para dar a cada uno conforme a sus caminos y conforme al fruto de sus obras^(K). ²⁰ Tú realizaste^[c] señales y portentos en la tierra de Egipto^(L) hasta este día, y en Israel y entre los hombres, y te has hecho un nombre, como se ve hoy^(M). ²¹ Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto con señales y portentos, con mano fuerte y con brazo extendido y con gran terror^(N), ²² y les diste esta tierra, que habías jurado dar a sus padres, tierra que mana leche y miel^(O). ²³ Y ellos entraron y tomaron posesión de ella^(P), pero no obedecieron tu voz ni anduvieron en tu ley^(Q); no hicieron nada de todo lo que les mandaste hacer^(R); por tanto tú has hecho venir sobre ellos toda esta calamidad^(S). ²⁴ He aquí, los terraplenes de asalto han llegado a la ciudad para tomarla^(T), y la ciudad va a ser entregada en manos de los caldeos que pelean contra ella, por causa de la espada, el hambre y la pestilencia^(U); lo que habías hablado ha venido a ser^(V), y he aquí, tú lo estás viendo. ²⁵ Y tú me has dicho, oh Señor Dios^[d]: “Cómprate el campo con dinero, y llama testigos”; aunque la ciudad sea entregada en manos de los caldeos».

²⁶ Entonces vino palabra del Señor a Jeremías, diciendo: ²⁷ He aquí, yo soy el Señor, el Dios de toda carne^(W), ¿habrá algo imposible para mí^(X)? ²⁸ Por tanto, así dice el Señor: He aquí, entregaré esta ciudad en mano de los caldeos y en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él la tomará^(Y). ²⁹ Y entrarán los caldeos que atacan esta ciudad, prenderán fuego a la^[e] ciudad y la quemarán^(Z), junto con las casas en las que han ofrecido incienso a Baal sobre sus terrazas y han derramado libaciones a otros dioses^(AA) para provocarme a ira. ³⁰ Porque los hijos de Israel y los hijos de Judá solo han hecho lo malo ante mis ojos desde su juventud; ciertamente los hijos de Israel no han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos^(AB) —declara el Señor^(AC). ³¹ Porque motivo de mi ira y de mi furor ha sido esta ciudad para mí, desde el día en que la edificaron^(AD) hasta hoy, de modo que será quitada de mi presencia^{(AE) 32} por todo el mal que los hijos de Israel y los hijos de Judá hicieron para provocarme a ira, ellos, sus reyes, sus jefes, sus sacerdotes, sus profetas, los hombres de Judá y los habitantes de Jerusalén^(AF). ³³ Ellos me dieron la espalda, y no el rostro; aunque les enseñaba, enseñándoles una y otra vez^[f], no escucharon ni aceptaron^[g] corrección^(AG), ³⁴ sino que pusieron sus abominaciones en la casa que es llamada por mi nombre, profanándola^(AH). ³⁵ Y edificaron los lugares altos de Baal que están en el valle de Ben-hinom, para hacer pasar por el fuego a sus hijos y a sus hijas en honor de Moloc^(AI), lo cual no les había mandado, ni me pasó por la mente^[h] que ellos cometieran esta abominación^(AJ), para hacer que Judá pecara.