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Este es el mensaje que el Señor le comunicó al sacerdote Jeremías, hijo de Jilquías, quien vivió en el pueblo de Anatot en la provincia de Benjamín. Recibió el primero de los mensajes de parte de Dios en el año trece del reinado de Josías, hijo de Amón, rey de Judá. Recibió otros durante el reinado de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá, y posteriormente en diversas ocasiones hasta el mes de julio en el año once del reinado de Sedequías, hijo de Josías, rey de Judá, cuando la población de Jerusalén fue llevada cautiva a Babilonia.

Llamamiento de Jeremías

El Señor me dijo: Yo había determinado tu futuro desde que te estabas formando en el vientre de tu madre; antes que nacieras te escogí y te consagré como vocero mío ante el mundo.

«¡Oh Señor Dios», dije yo, «no puedo hacer eso! ¡No soy más que un muchacho! ¡Ni siquiera puedo hablar con soltura!».

No digas eso, respondió el Señor, pues tú irás a dondequiera que yo te envíe y anunciarás lo que yo te diga. Y no le tengas miedo al pueblo, porque yo, el Señor, estaré contigo y te libraré en caso de peligro.

Luego el Señor me tocó la boca y dijo: Mira, te he dado la capacidad de comunicar mis mensajes. 10 Hoy comienza tu trabajo: prevenir a las naciones y a los pueblos del mundo. De acuerdo con mis palabras, expresadas por tu boca, yo derribaré a unos y los destruiré, y plantaré y cuidaré a otros, los fortaleceré y los engrandeceré. 11 Luego el Señor me dijo:

Mira, Jeremías, ¿qué ves?

Y yo respondí:

Veo una rama de almendro.

12 Y el Señor respondió:

Eso es, y significa que sin duda alguna ejecutaré mis amenazas de castigo.

13 Luego me preguntó:

¿Qué ves ahora?

Y yo respondí:

Veo una vasija de agua hirviendo que se ladea hacia el sur.

14 Sí, dijo, porque del norte caerá un terror hirviendo sobre todos los pueblos de esta tierra. 15 Yo llamo a los ejércitos de los países del norte para que se lancen sobre Jerusalén y la rodeen con sus ejércitos, y que hagan lo mismo con todas las demás ciudades de Judá. 16 Así castigaré a mi pueblo por haberme abandonado y por rendirles homenaje a otros dioses, que son sólo ídolos hechos por sus propias manos.

17 Así que levántate, vístete y ve a decirles cuanto yo te mande. No les tengas miedo, mantén una postura firme ante ellos. 18 Mira, hoy te vuelvo inexpugnable a todos sus ataques, no pueden dañarte. Yo te doy una gran fuerza como si fueras ciudad llena de torres defensivas que no puede ser conquistada, como si fueras una columna de hierro o fuerte puerta de bronce. Todos los reyes de Judá, sus funcionarios, sacerdotes y habitantes no podrán nada contra ti. 19 Van a intentar acabar contigo, pero fracasarán porque yo estoy contigo, dice el Señor. Yo te libraré.

Llamamiento y misión de Jeremías

Las palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes que estuvieron en Anatot, en tierra de Benjamín. Palabra de Jehová que le vino en los días de Josías(A) hijo de Amón, rey de Judá, en el año decimotercero de su reinado. Le vino también en días de Joacim(B) hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de Sedequías(C) hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de Jerusalén en el mes quinto.

Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar. 11 La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro.[a] 12 Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro[b] mi palabra para ponerla por obra.

13 Vino a mí la palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte. 14 Me dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los moradores de esta tierra. 15 Porque he aquí que yo convoco a todas las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra todas las ciudades de Judá. 16 Y a causa de toda su maldad, proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron. 17 Tú, pues, ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande; no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar delante de ellos. 18 Porque he aquí que yo te he puesto en este día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra. 19 Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.

Footnotes

  1. Jeremías 1:11 Heb. shaked.
  2. Jeremías 1:12 Heb. shoked.