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Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades[a](A),
y cargó con nuestros dolores;
con todo, nosotros le tuvimos por azotado,
por herido de Dios(B) y afligido.
Mas Él fue herido[b] por nuestras transgresiones(C),
molido por nuestras iniquidades(D).
El castigo, por nuestra paz[c](E), cayó sobre Él,
y por sus heridas[d] hemos sido sanados(F).
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas,
nos apartamos cada cual por su camino;
pero el Señor hizo que cayera sobre[e] Él
la iniquidad de todos nosotros.

Fue oprimido y afligido,
pero no abrió su boca(G);
como cordero que es llevado al matadero,
y como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda,
no abrió Él su boca(H).

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Footnotes

  1. Isaías 53:4 O, aflicciones
  2. Isaías 53:5 O, traspasado
  3. Isaías 53:5 O, bienestar
  4. Isaías 53:5 O, llagas
  5. Isaías 53:6 Lit., se encontrara con

Sin embargo, fueron nuestras debilidades las que él cargó;
    fueron nuestros dolores los que lo agobiaron.[a]
Y pensamos que sus dificultades eran un castigo de Dios,
    ¡un castigo por sus propios pecados!
Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones
    y aplastado por nuestros pecados.
Fue golpeado para que nosotros estuviéramos en paz;
    fue azotado para que pudiéramos ser sanados.
Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas;
    hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros.
Sin embargo, el Señor puso sobre él
    los pecados de todos nosotros.

Fue oprimido y tratado con crueldad;
    sin embargo, no dijo ni una sola palabra.
Como cordero fue llevado al matadero.
    Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores,
    no abrió su boca.

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Footnotes

  1. 53:4 O Sin embargo, fueron nuestras enfermedades las que él cargó; / fueron nuestras dolencias las que lo agobiaron.

»A pesar de todo esto,
él cargó con nuestras enfermedades
y soportó nuestros dolores.
Nosotros pensamos
que Dios lo había herido y humillado.
Pero él fue herido
por nuestras rebeliones,
fue golpeado por nuestras maldades;
él sufrió en nuestro lugar,
y gracias a sus heridas
recibimos la paz y fuimos sanados.

»Todos andábamos perdidos,
como suelen andar las ovejas.
Cada uno hacía lo que bien le parecía;
pero Dios hizo recaer en su fiel servidor
el castigo que nosotros merecíamos.

»Fue maltratado y humillado,
pero nunca se quejó.
Se quedó completamente callado,
como las ovejas cuando les cortan la lana;
y como cordero llevado al matadero,
ni siquiera abrió su boca.

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