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Por lo tanto, dejemos a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, y avancemos hacia la perfección. No volvamos a cuestiones básicas, tales como el arrepentirnos de las acciones que nos llevan a la muerte, o la fe en Dios, o las enseñanzas acerca del bautismo, o la imposición de manos, o la resurrección de los muertos y el juicio eterno. Todo esto lo haremos, si Dios nos lo permite. No es posible que los que alguna vez fueron iluminados y saborearon el don celestial, y tuvieron parte en el Espíritu Santo, y saborearon además la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, pero volvieron a caer, vuelvan también a ser renovados para arrepentimiento. ¡Eso sería volver a crucificar al Hijo de Dios para ellos mismos, y exponerlo a la vergüenza pública! Cuando la tierra absorbe la lluvia que le cae con frecuencia, y produce plantas útiles para quienes la cultivan, recibe la bendición de Dios; pero cuando produce espinos y abrojos, no vale nada; poco le falta para ser maldecida,(A) y acaba por ser quemada.

Queridos hermanos, aunque hablamos así, con respecto a ustedes estamos convencidos de cosas mejores, que tienen que ver con la salvación. 10 Porque Dios es justo, y no olvidará el trabajo de ustedes y el amor que han mostrado hacia él mediante el servicio a los santos, como hasta ahora lo hacen. 11 Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre el mismo entusiasmo hasta el fin, para la plena realización de su esperanza 12 y para que no se hagan perezosos, sino que sigan el ejemplo de quienes por medio de la fe y la paciencia heredan las promesas.

13 Cuando Dios hizo la promesa a Abrahán, juró por sí mismo, porque no había nadie superior a él por quien jurar, 14 y dijo: «Ciertamente te bendeciré con abundancia y multiplicaré tu descendencia».(B) 15 Y Abrahán esperó con paciencia, y recibió lo que Dios le había prometido. 16 Cuando alguien jura, lo hace por alguien superior a sí mismo. De esa manera confirma lo que ha dicho y pone fin a toda discusión. 17 Por eso Dios, queriendo demostrar claramente a los herederos de la promesa que sus propósitos no cambian, les hizo un juramento, 18 para que por estas dos cosas que no cambian, y en las que Dios no puede mentir, tengamos un sólido consuelo los que buscamos refugio y nos aferramos a la esperanza que se nos ha propuesto. 19 Esta esperanza mantiene nuestra alma firme y segura, como un ancla, y penetra hasta detrás del velo,(C) 20 donde Jesús, nuestro precursor, entró por nosotros y llegó a ser sumo sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.(D)

Por tanto, dejando(A) las enseñanzas elementales[a](B) acerca de Cristo[b], avancemos hacia la madurez[c](C), no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas(D) y de la fe hacia Dios, de la enseñanza sobre lavamientos[d](E), de la imposición de manos(F), de la resurrección de los muertos(G) y del juicio eterno(H). Y esto haremos, si Dios lo permite(I). Porque en el caso de los que fueron una vez iluminados(J), que probaron del don celestial(K) y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo(L), que gustaron(M) la buena palabra de Dios(N) y los poderes del siglo venidero(O), pero después cayeron, es imposible renovarlos otra vez(P) para arrepentimiento, puesto que de nuevo crucifican para sí mismos al Hijo de Dios(Q) y le exponen a la ignominia pública. Porque la tierra que bebe la lluvia que con frecuencia cae[e] sobre ella y produce vegetación útil a aquellos por los cuales es cultivada(R), recibe bendición de Dios; pero si produce espinos y abrojos no vale nada, está próxima a ser maldecida[f](S), y termina por ser quemada[g].

Esperanza de cosas mejores

Pero en cuanto a vosotros, amados(T), aunque hablemos de esta manera, estamos persuadidos de las cosas que son mejores y que pertenecen a la salvación. 10 Porque Dios no es injusto(U) como para olvidarse de vuestra obra y del amor(V) que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido, y sirviendo aún, a los santos(W). 11 Pero deseamos que cada uno de vosotros muestre la misma solicitud hasta el fin(X), para alcanzar la plena[h] seguridad(Y) de la esperanza, 12 a fin de que no seáis perezosos, sino imitadores(Z) de los que mediante la fe y la paciencia(AA) heredan las promesas(AB).

La promesa de Dios es segura

13 Pues cuando Dios hizo la promesa a Abraham(AC), no pudiendo jurar por uno mayor, juró por sí mismo(AD), 14 diciendo: Ciertamente te bendeciré y ciertamente te multiplicare(AE). 15 Y así, habiendo esperado con paciencia(AF), obtuvo la promesa. 16 Porque los hombres juran por uno mayor que ellos mismos(AG), y para ellos un juramento dado como confirmación es el fin de toda discusión(AH). 17 Por lo cual[i] Dios, deseando mostrar más plenamente a los herederos de la promesa(AI) la inmutabilidad de su propósito(AJ), interpuso[j] un juramento, 18 a fin de que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta(AK), los que hemos buscado refugio seamos grandemente animados[k] para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros(AL), 19 la cual tenemos como ancla del alma, una esperanza(AM) segura y firme, y que penetra hasta detrás[l] del velo(AN), 20 donde Jesús entró por nosotros(AO) como precursor, hecho, según el orden de Melquisedec(AP), Sumo Sacerdote para siempre.

Footnotes

  1. Hebreos 6:1 Lit., la palabra del principio
  2. Hebreos 6:1 I.e., del Mesías
  3. Hebreos 6:1 O, perfección
  4. Hebreos 6:2 O, bautismos
  5. Hebreos 6:7 Lit., viene
  6. Hebreos 6:8 Lit., a una maldición
  7. Hebreos 6:8 Lit., su fin es para quemarse
  8. Hebreos 6:11 Lit., a plenitud la
  9. Hebreos 6:17 O, Por tanto
  10. Hebreos 6:17 O, garantizó
  11. Hebreos 6:18 Lit., podamos tener un fortísimo consuelo
  12. Hebreos 6:19 Lit., dentro