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Saludos

Yo, Juan, el anciano,[a] les escribo esta carta a la señora elegida y a sus hijos,[b] a quienes amo en la verdad—y no solo yo sino también todos los que conocen la verdad—, porque la verdad vive en nosotros y estará con nosotros para siempre.

La gracia, la misericordia y la paz que provienen de Dios Padre y de Jesucristo—el Hijo del Padre—permanecerán con nosotros, los que vivimos en la verdad y el amor.

Vivan en la verdad

¡Qué contento me puse al encontrarme con algunos de tus hijos y ver que viven de acuerdo con la verdad, tal como el Padre lo ordenó!

Les escribo para recordarles, queridos amigos,[c] que nos amemos unos a otros. Este mandamiento no es nuevo, sino que lo hemos tenido desde el principio. El amor consiste en hacer lo que Dios nos ha ordenado, y él nos ha ordenado que nos amemos unos a otros, tal como ustedes lo oyeron desde el principio.

Les digo esto, porque muchos engañadores han salido por el mundo. Ellos niegan que Jesucristo vino[d] en un cuerpo humano. Tales personas son engañadores y anticristos. Tengan cuidado de no perder lo que hemos[e] logrado con tanto trabajo. Sean diligentes para que reciban una recompensa completa. Todo el que se desvía de esta enseñanza no tiene ninguna relación con Dios; pero el que permanece en la enseñanza de Cristo tiene una relación tanto con el Padre como con el Hijo.

10 Si a sus reuniones llegara alguien que no enseña la verdad acerca de Cristo, no lo inviten a su casa ni le den ninguna clase de apoyo. 11 Cualquiera que apoye a ese tipo de gente se hace cómplice de sus malas acciones.

Conclusión

12 Tengo mucho más que decirles, pero no quiero hacerlo con papel y tinta. Pues espero visitarlos pronto y hablarles cara a cara. Entonces nuestra alegría será completa.

13 Recibe saludos de los hijos de tu hermana,[f] la elegida por Dios.

Saludos

Yo, Juan, el anciano,[g] le escribo esta carta a Gayo, mi querido amigo, a quien amo en la verdad.

Querido amigo, espero que te encuentres bien, y que estés tan saludable en cuerpo así como eres fuerte en espíritu. Hace poco regresaron algunos de los maestros itinerantes,[h] y me alegraron mucho cuando me contaron de tu fidelidad y de que vives de acuerdo con la verdad. No hay nada que me cause más alegría que oír que mis hijos siguen la verdad.

Cuidar de los obreros del Señor

Querido amigo, le eres fiel a Dios cada vez que te pones al servicio de los maestros itinerantes que pasan por ahí aunque no los conozcas. Ellos le han contado a la iglesia de aquí de tu cariñosa amistad. Te pido que sigas supliendo las necesidades de esos maestros tal como le agrada a Dios; pues viajan en servicio al Señor[i] y no aceptan nada de los que no son creyentes.[j] Por lo tanto, somos nosotros los que debemos apoyarlos y así ser sus colaboradores cuando enseñan la verdad.

Le escribí a la iglesia acerca de esto, pero Diótrefes—a quien le encanta ser el líder—no quiere tener nada que ver con nosotros. 10 Cuando yo vaya sacaré a relucir las cosas que hace y sus infames acusaciones contra nosotros. No solo se niega a recibir a los maestros itinerantes, sino que les dice a otros que no los ayuden y, cuando los ayudan, él los expulsa de la iglesia.

11 Querido amigo, no te dejes influir por ese mal ejemplo. Imita solamente lo bueno. Recuerda que los que hacen lo bueno demuestran que son hijos de Dios, y los que hacen lo malo demuestran que no conocen a Dios.[k]

12 Todos, incluso la verdad misma, hablan bien de Demetrio. Nosotros también podemos afirmar lo mismo de él, y ustedes saben que decimos la verdad.

Conclusión

13 Tengo mucho más que decirte, pero no quiero hacerlo con pluma y tinta, 14 porque espero verte pronto, y entonces hablaremos cara a cara.

15 La paz sea contigo.

Tus amigos de aquí te mandan saludos. Por favor, dales mis saludos a cada uno de nuestros amigos de ahí.

Saludos de Judas

Yo, Judas, esclavo de Jesucristo y hermano de Santiago, les escribo esta carta a todos los que han sido llamados por Dios Padre, quien los ama y los protege con el cuidado de Jesucristo.[l]

Que Dios les dé cada vez más misericordia, paz y amor.

El peligro de los falsos maestros

Queridos amigos, con gran anhelo tenía pensado escribirles acerca de la salvación que compartimos. Sin embargo, ahora me doy cuenta de que debo escribirles sobre otro tema para rogarles que defiendan la fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo. Les digo esto, porque algunas personas que no tienen a Dios se han infiltrado en sus iglesias diciendo que la maravillosa gracia de Dios nos permite llevar una vida inmoral. La condena de tales personas fue escrita hace mucho tiempo, pues han negado a Jesucristo, nuestro único Dueño y Señor.

Aunque ustedes ya saben estas cosas, igual quiero recordarles que Jesús[m] primero rescató de Egipto a la nación de Israel pero luego destruyó a los que no permanecieron fieles. Y les recuerdo de los ángeles que no se mantuvieron dentro de los límites de autoridad que Dios les puso, sino que abandonaron el lugar al que pertenecían. Dios los ha tenido firmemente encadenados en prisiones de oscuridad, en espera del gran día del juicio. Asimismo no se olviden de Sodoma y Gomorra ni de las ciudades vecinas, las cuales estaban llenas de inmoralidad y de toda clase de perversión sexual. Esas ciudades fueron destruidas con fuego y sirven como advertencia del fuego eterno del juicio de Dios.

De la misma manera, estos individuos—que pretenden tener autoridad por lo que reciben en sueños—llevan una vida inmoral, desafían a la autoridad y se burlan de los seres sobrenaturales.[n] Pero ni siquiera Miguel, uno de los ángeles más poderosos,[o] se atrevió a acusar al diablo de blasfemia, sino que simplemente le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!». (Esto ocurrió cuando Miguel disputaba con el diablo acerca del cuerpo de Moisés). 10 Pero esa gente se burla de cosas que no entiende. Como animales irracionales, hacen todo lo que les dictan sus instintos y de esta manera provocan su propia destrucción. 11 ¡Qué aflicción les espera! Pues siguen los pasos de Caín, quien mató a su hermano. Al igual que Balaam, engañan a la gente por dinero; y, como Coré, perecen en su propia rebelión.

12 Cuando estos individuos participan con ustedes en sus comidas de compañerismo—las cuales conmemoran el amor del Señor—, son como arrecifes peligrosos que pueden hacerlos naufragar.[p] Son como pastores que no tienen vergüenza y que solo se preocupan por sí mismos. Son como nubes que pasan sobre la tierra sin dar lluvia. Son como árboles en el otoño, doblemente muertos, porque no dan fruto y han sido arrancados de raíz. 13 Son como violentas olas del mar que arrojan la espuma de sus actos vergonzosos. Son como estrellas que han perdido su rumbo, condenadas para siempre a la más negra oscuridad.

14 Enoc, quien vivió en la séptima generación después de Adán, profetizó acerca de estas personas. Dijo: «¡Escuchen! El Señor viene con incontables millares de sus santos 15 para ejecutar juicio sobre la gente de este mundo. Declarará culpables a los seres humanos por todos los actos perversos que cada uno haya hecho y a los pecadores rebeldes por todos los insultos que hayan dicho contra él»[q].

16 Estos individuos son rezongones, se quejan de todo y viven solo para satisfacer sus deseos. Son fanfarrones que se jactan de sí mismos y adulan a otros para conseguir lo que quieren.

Un llamado a permanecer fieles

17 Pero ustedes, mis queridos amigos, deben recordar lo que predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. 18 Ellos les advirtieron que en los últimos tiempos habría gente burlona cuyo objetivo en la vida es satisfacer sus malos deseos. 19 Estos individuos son los que causan divisiones entre ustedes. Se dejan llevar por sus instintos naturales porque no tienen al Espíritu de Dios en ellos.

20 Pero ustedes, queridos amigos, deben edificarse unos a otros en su más santísima fe, orar en el poder del Espíritu Santo[r] 21 y esperar la misericordia de nuestro Señor Jesucristo, quien les dará vida eterna. De esta manera, se mantendrán seguros en el amor de Dios.

22 Deben tener compasión de[s] los que no están firmes en la fe. 23 Rescaten a otros arrebatándolos de las llamas del juicio. Incluso a otros muéstrenles compasión[t] pero háganlo con mucho cuidado, aborreciendo los pecados que contaminan la vida de ellos.[u]

Una oración de alabanza

24 Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a su gloriosa presencia. 25 Que toda la gloria sea para él, quien es el único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén.

Footnotes

  1. 1:1a En griego El anciano.
  2. 1:1b O a la iglesia que Dios ha elegido y a sus miembros.
  3. 1:5 En griego Te ruego, señora.
  4. 1:7 O vendrá.
  5. 1:8 Algunos manuscritos dicen han.
  6. 1:13 O saludos de los miembros de tu iglesia hermana.
  7. 1:1 En griego El anciano.
  8. 1:3 En griego los hermanos; también en los versículos 5 y 10.
  9. 1:7a En griego ellos salieron por causa del Nombre.
  10. 1:7b En griego de los gentiles. (Gentil[es], que no es judío).
  11. 1:11 En griego no han visto a Dios.
  12. 1:1 O y los guarda para Jesucristo.
  13. 1:5 Otros manuscritos dicen [el] Señor, o Dios, o Cristo; uno de ellos dice Dios Cristo.
  14. 1:8 En griego de los seres gloriosos, que probablemente son ángeles caídos.
  15. 1:9 En griego Miguel, el arcángel.
  16. 1:12 O son contaminantes entre ustedes; o son manchas.
  17. 1:14-15 La cita proviene de literatura intertestamentaria: 1 Enoc 1:9.
  18. 1:20 En griego orar en el Espíritu Santo.
  19. 1:22 Algunos manuscritos dicen Deben reprender a.
  20. 1:22-23a Algunos manuscritos solo tienen dos categorías de personas: 1) las que no están firmes en la fe y, por lo tanto, necesitan ser arrebatadas de las llamas del juicio, y 2) las que necesitan que se les muestre compasión.
  21. 1:23b En griego con temor, aborreciendo hasta la ropa manchada por la carne.

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