Evangelio Viviente
Fuego con fuego
Porque la iglesia ha perdido el fuego del Espíritu Santo, los hombres van al fuego del infierno. Necesitas una visión de la santidad de Dios. Necesitas estar ante la presencia de Dios con temor y temblor.
Quien teme a Dios no teme a los hombres. El que se arrodilla ante Dios sabrá estar de pie ante cualquier situación difícil.
Isaías dijo: «Ay de mí» ¿Puedes invitar al Espíritu de Dios a los escondrijos de tu corazón? ¿Puedes invitarlo a pasearse por tu mente? Dentro de cada uno de nosotros hay tres personas: (1) La que nosotros pensamos que somos. (2) La que la gente piensa que somos. (3) La que realmente somos delante de los ojos de Dios
La Biblia te exhorta a pedirle a Dios: «Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno» (Salmos 139.23, 24).
Para que llegue un derramamiento del Espíritu, para que haya un genuino avivamiento del Espíritu, no basta con decir: «Soy miembro de una iglesia que cree en la Biblia». No basta con decir: «Aquí se predica sólo la Palabra de Dios». ¿A cuántas vidas le has presentado el mensaje de Jesucristo en esta semana? ¿Eres capaz de presentarle a Cristo a una persona?
Si en los últimos cien años hubiera habido tantos nacimientos físicos como nacimientos espirituales, la población mundial casi se habría extinguido.
Reflexión:
Orar es ponerme bajo el dominio del Espíritu Santo a fin de que Él pueda obrar en mí y por medio de mí.