Salmos 36-39
Reina-Valera 1995
La misericordia de Dios
Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová
36 La maldad del impío me dice al corazón:
«No hay temor de Dios delante de sus ojos.»
2 Se jacta, por tanto, ante sus propios ojos,
de que su maldad no será hallada y aborrecida.
3 Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;
ha dejado de ser sensato y de hacer el bien.
4 Medita maldad sobre su cama,
está en camino no bueno,
el mal no aborrece.
5 Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia
y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.
6 Tu justicia es como los montes de Dios;
tus juicios, abismo grande.
Tú, Jehová, conservas al hombre y al animal.
7 ¡Cuán preciosa, Dios, es tu misericordia!
¡Por eso los hijos de los hombres
se amparan bajo la sombra de tus alas!
8 Serán completamente saciados de la grosura de tu Casa
y tú les darás de beber del torrente de tus delicias,
9 porque contigo está el manantial de la vida;
en tu luz veremos la luz.
10 Extiende tu misericordia a los que te conocen,
y tu justicia a los rectos de corazón.
11 No me golpee con su pie el soberbio
ni me mueva la mano del impío.
12 Allí cayeron los malhechores;
¡fueron derribados para no levantarse jamás!
El camino de los malos
Salmo de David
37 No te impacientes a causa de los malignos
ni tengas envidia de los malhechores,
2 porque como la hierba serán pronto cortados
y como la hierba verde se secarán.
3 Confía en Jehová y haz el bien;
habitarás en la tierra y te apacentarás de la verdad.
4 Deléitate asimismo en Jehová
y él te concederá las peticiones de tu corazón.
5 Encomienda a Jehová tu camino,
confía en él y él hará.
6 Exhibirá tu justicia como la luz
y tu derecho como el mediodía.
7 Guarda silencio ante Jehová y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
por el hombre que hace lo malo.
8 Deja la ira y desecha el enojo;
no te excites en manera alguna a hacer lo malo,
9 porque los malignos serán destruidos,
pero los que esperan en Jehová heredarán la tierra,
10 pues dentro de poco no existirá el malo;
observarás su lugar, y ya no estará allí.
11 Pero los mansos heredarán la tierra
y se recrearán con abundancia de paz.
12 Maquina el impío contra el justo
y rechina contra él sus dientes.
13 El Señor se reirá de él,
porque ve que viene su día.
14 Los impíos desenvainan espada y tensan su arco
para derribar al pobre y al menesteroso,
para matar a los de recto proceder.
15 Su espada entrará en su mismo corazón
y su arco será quebrado.
16 Mejor es lo poco del justo
que las riquezas de muchos pecadores,
17 porque los brazos de los impíos serán quebrados;
mas el que sostiene a los justos es Jehová.
18 Conoce Jehová los días de los íntegros
y la heredad de ellos será para siempre.
19 No serán avergonzados en el tiempo de dificultad,
y en los días de hambre serán saciados.
20 Mas los impíos perecerán,
los enemigos de Jehová serán consumidos;
como la grasa de los carneros,
se disiparán como el humo.
21 El impío toma prestado y no paga;
pero el justo tiene misericordia y da.
22 Los benditos de él heredarán la tierra
y los malditos de él serán destruidos.
23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre
y él aprueba su camino.
24 Cuando el hombre caiga, no quedará postrado,
porque Jehová sostiene su mano.
25 Joven fui y he envejecido,
y no he visto justo desamparado
ni a su descendencia que mendigue pan.
26 En todo tiempo tiene misericordia y presta.
Su descendencia es para bendición.
27 Apártate del mal, haz el bien
y vivirás para siempre,
28 porque Jehová ama la rectitud
y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados,
mas la descendencia de los impíos será destruida.
29 Los justos heredarán la tierra
y vivirán para siempre en ella.
30 La boca del justo habla sabiduría
y su lengua habla justicia.
31 La Ley de su Dios está en su corazón;
por tanto, sus pies no resbalarán.
32 Espía el impío al justo
y procura matarlo.
33 Jehová no lo dejará en sus manos
ni lo condenará cuando lo juzguen.
34 Espera en Jehová,
guarda su camino,
y él te exaltará para heredar la tierra;
cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.
35 Vi yo al impío sumamente enaltecido
y que se extendía como laurel verde.
36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
lo busqué, y no lo hallé.
37 Considera al íntegro y mira al justo,
porque hay un final dichoso para el hombre de paz.
38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
la posteridad de los impíos será extinguida.
39 Pero la salvación de los justos es de Jehová
y él es su fortaleza en el tiempo de angustia.
40 Jehová los ayudará y los librará;
los libertará de los impíos y los salvará,
por cuanto en él esperaron.
Oración de un penitente
Salmo de David, para recordar
38 Jehová, no me reprendas en tu furor
ni me castigues en tu ira.
2 Tus saetas cayeron sobre mí,
y sobre mí ha descendido tu mano.
3 Nada hay sano en mi carne a causa de tu ira;
ni hay paz en mis huesos a causa de mi pecado,
4 porque mis maldades se acumulan sobre mi cabeza;
como carga pesada me abruman.
5 Hieden y supuran mis llagas
a causa de mi locura.
6 Estoy encorvado, humillado en gran manera,
ando enlutado todo el día,
7 porque mis lomos están llenos de ardor;
nada hay sano en mi carne.
8 Estoy debilitado y molido en gran manera;
¡gimo a causa de la conmoción de mi corazón!
9 Señor, delante de ti están todos mis deseos
y mi suspiro no te es oculto.
10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
y aun la luz de mis ojos me falta ya.
11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga,
y mis cercanos se han alejado.
12 Los que buscan mi vida arman lazos,
y los que procuran mi mal me amenazan
y traman engaños todo el día.
13 Pero yo, como si fuera sordo, no oigo,
y soy como un mudo que no abre la boca.
14 Soy, pues, como un hombre que no oye
y en cuya boca no hay reprensiones.
15 Porque en ti, Jehová, he esperado,
tú responderás, Jehová, Dios mío.
16 Dije: «No se alegren de mí;
cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.»
17 ¡Pero yo estoy a punto de caer
y mi dolor está delante de mí continuamente!
18 Por tanto, confesaré mi maldad
y me entristeceré por mi pecado.
19 Mis enemigos están vivos y fuertes,
y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.
20 Los que pagan mal por bien
me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
21 No me desampares, Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.
22 ¡Apresúrate a ayudarme,
Señor, salvación mía!
El carácter transitorio de la vida
Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David
39 Yo dije: «Atenderé a mis caminos
para no pecar con mi lengua;
guardaré mi boca con freno
en tanto que el impío esté delante de mí.»
2 Enmudecí con silencio,
me callé aun respecto de lo bueno;
pero se agravó mi dolor.
3 Se enardeció mi corazón dentro de mí;
en mi meditación se encendió un fuego
y así proferí con mi lengua:
4 «Hazme saber, Jehová, mi fin
y cuánta sea la medida de mis días;
sepa yo cuán frágil soy.
5 Diste a mis días término corto
y mi edad es como nada delante de ti;
ciertamente, es apenas un soplo todo ser humano que vive. Selah
6 Ciertamente, como una sombra es el hombre;
ciertamente, en vano se afana;
amontona riquezas y no sabe quién las recogerá.
7 »Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.
8 Líbrame de todas mis transgresiones;
no me conviertas en la burla del insensato.
9 Enmudecí, no abrí mi boca,
porque tú lo hiciste.
10 Quita de sobre mí tu plaga;
estoy consumido bajo los golpes de tu mano.
11 Con castigos por el pecado corriges al hombre
y deshaces como polilla lo más estimado de él;
¡ciertamente, es apenas un soplo todo ser humano! Selah
12 »Oye mi oración, Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas,
porque forastero soy para ti
y advenedizo, como todos mis padres.
13 Déjame, y tomaré fuerzas
antes que vaya y perezca.»
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