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El cual en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fué oído por su reverencial miedo.

Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;

Y consumado, vino á ser causa de eterna salud á todos los que le obedecen;

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