41 (A)Y he aquí, llegó un hombre llamado Jairo, que era un oficial[a] de la sinagoga(B); y cayendo a los pies de Jesús le rogaba que entrara a su casa; 42 porque tenía una hija única[b], como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras Él iba, la muchedumbre le apretaba.

Jesús sana a una mujer

43 Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía[c] y no podía ser curada por nadie, 44 se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre. 45 Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Mientras todos lo negaban, Pedro dijo, y los que con él estaban[d]: Maestro(C), las multitudes te aprietan y te oprimen. 46 Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque me di cuenta que de mí había salido poder(D). 47 Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de Él, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual le había tocado, y cómo al instante había sido sanada. 48 Y Él le dijo: Hija, tu fe te ha sanado[e](E); vete en paz(F).

Jesús resucita a la hija de Jairo

49 Mientras estaba todavía hablando, vino* alguien de la casa del oficial de la sinagoga(G), diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro. 50 Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas(H); cree solamente, y ella será sanada[f]. 51 Y cuando Él llegó a la casa, no permitió que nadie entrara con Él sino solo Pedro, Juan y Jacobo[g], y el padre y la madre de la muchacha. 52 Todos la lloraban y se lamentaban(I); pero Él dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme(J). 53 Y se burlaban de Él, sabiendo que ella había muerto. 54 Pero Él, tomándola de la mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate! 55 Entonces le volvió su espíritu, y se levantó al instante, y Él mandó que le dieran de comer. 56 Y sus padres estaban asombrados; pero Él les encargó que no dijeran a nadie(K) lo que había sucedido.

Misión de los doce

Reuniendo a los doce, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios(L) y para sanar enfermedades. Y los envió a proclamar el reino de Dios(M) y a sanar a los enfermos. Y les dijo: (N)No toméis nada para el camino, ni bordón, ni alforja[h], ni pan, ni dinero; ni tengáis dos túnicas cada uno(O). En cualquier casa donde entréis, quedaos allí, y sea de allí vuestra salida. Y en cuanto a los que no os reciban, al salir de esa ciudad, sacudid el polvo de vuestros pies en testimonio contra ellos(P). Entonces salieron, e iban por las aldeas anunciando(Q) el evangelio y sanando por todas partes.

Herodes oye hablar de Jesús

(R)Herodes el tetrarca(S) se enteró de todo lo que estaba pasando, y estaba muy perplejo, porque algunos decían que Juan(T) había resucitado de entre los muertos, otros, que Elías había aparecido, y otros, que algún profeta(U) de los antiguos había resucitado. Entonces Herodes dijo: A Juan yo lo hice decapitar; ¿quién es, entonces, este de quien oigo tales cosas? Y procuraba verle(V).

Notas al pie

  1. Lucas 8:41 O, principal
  2. Lucas 8:42 O, solo una hija
  3. Lucas 8:43 Algunos mss. antiguos no incluyen: y que había...cuanto tenía
  4. Lucas 8:45 Algunos mss. antiguos no incluyen: y los...estaban
  5. Lucas 8:48 Lit., salvado
  6. Lucas 8:50 Lit., salvada
  7. Lucas 8:51 O, Santiago
  8. Lucas 9:3 O, mochila, o, bolsa

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