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Jacob decide volver a Canaán

31 Pero Jacob oyó las palabras de los hijos de Labán, que decían[a]: Jacob se ha apoderado de todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha hecho toda esta riqueza[b]. Y Jacob observó[c] la actitud[d] de Labán, y he aquí, ya no era amigable para con él como antes. Entonces el Señor dijo a Jacob: Vuelve a la tierra de tus padres y a tus familiares(A), y yo estaré contigo(B). Jacob, pues, envió a llamar a Raquel y a Lea al campo, donde estaba su rebaño[e], y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre, no es amigable para conmigo como antes(C); pero el Dios de mi padre ha estado conmigo(D). Y vosotras sabéis que he servido a vuestro padre con todas mis fuerzas(E). No obstante vuestro padre me ha engañado(F), y ha cambiado mi salario diez veces(G); Dios, sin embargo, no le ha permitido perjudicarme(H). Si él decía: «Las moteadas serán tu salario», entonces todo el rebaño paría moteadas; y si decía: «Las rayadas serán tu salario», entonces todo el rebaño paría rayadas(I). De esta manera Dios ha quitado el ganado a vuestro padre y me lo ha dado a mí(J). 10 Y sucedió que por el tiempo cuando el rebaño estaba en celo[f], alcé los ojos y vi en sueños; y he aquí, los machos cabríos que cubrían las hembras[g] eran rayados, moteados y abigarrados. 11 Entonces el ángel de Dios(K) me dijo en el sueño: «Jacob»; y yo respondí: «Heme aquí». 12 Y él dijo: «Levanta ahora los ojos y ve que todos los machos cabríos que están cubriendo las hembras[h] son rayados, moteados y abigarrados, pues yo he visto todo lo que Labán te ha hecho(L). 13 Yo soy el Dios de Betel(M), donde tú ungiste un pilar(N), donde me hiciste un voto. Levántate ahora, sal de esta tierra, y vuelve a la tierra donde naciste[i](O)». 14 Y Raquel y Lea respondieron, y le dijeron: ¿Tenemos todavía nosotras parte o herencia alguna en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos ha tratado como extranjeras? Pues nos ha vendido, y también ha consumido por completo el[j] precio de nuestra compra[k](P). 16 Ciertamente, toda la riqueza que Dios ha quitado de nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora pues, todo lo que Dios te ha dicho, hazlo.

Jacob huye de Labán

17 Entonces Jacob se levantó, montó a sus hijos y a sus mujeres en los camellos, 18 y puso en camino todo su ganado y todas las posesiones que había acumulado, el ganado adquirido que había acumulado en Padán-aram, para ir a Isaac su padre(Q), a la tierra de Canaán. 19 Y mientras Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel robó los ídolos domésticos[l] que eran de su padre(R). 20 Y Jacob engañó a Labán[m] arameo al no informarle que huía. 21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó, cruzó el río Eufrates y se dirigió[n] hacia la región montañosa de Galaad(S).

Labán alcanza a Jacob

22 Y al tercer día, cuando informaron a Labán que Jacob había huido, 23 tomó a sus parientes[o] consigo y lo persiguió por siete días; y lo alcanzó en los montes de Galaad. 24 Pero Dios vino a Labán arameo(T) en sueños durante la noche(U), y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob ni bien ni mal(V). 25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob. Y Jacob había plantado su tienda en la región montañosa, y Labán y sus parientes acamparon en los montes de Galaad. 26 Entonces Labán dijo a Jacob: ¿Qué has hecho, engañándome y[p] llevándote a mis hijas como si fueran cautivas de guerra[q]? 27 ¿Por qué huiste en secreto y me engañaste[r], y no me avisaste para que yo pudiera despedirte con alegría y cantos, con panderos(W) y liras(X)? 28 ¿Por qué no me has permitido besar a mis hijos y a mis hijas(Y)? En esto[s] has obrado neciamente. 29 Tengo poder para[t] hacerte daño, pero anoche el Dios de tu[u] padre(Z) me habló, diciendo: «Guárdate de hablar nada con Jacob ni bueno ni malo(AA)». 30 Y ahora, ciertamente te has marchado porque añorabas mucho la casa de tu padre; pero ¿por qué robaste mis dioses(AB)? 31 Entonces Jacob respondió, y dijo a Labán: Porque tuve miedo, pues dije: «No sea que me quites a tus hijas a la fuerza». 32 Pero aquel con quien encuentres tus dioses, no vivirá(AC). En presencia de nuestros parientes indica[v] lo que es tuyo entre mis cosas[w] y llévatelo. Pues Jacob no sabía que Raquel los había robado.

33 Entró entonces Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, pero no los encontró. Después salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel. 34 Y Raquel había tomado los ídolos domésticos[x], los había puesto en los aparejos del camello y se había sentado sobre ellos. Y Labán buscó[y] por toda la tienda, pero no los encontró. 35 Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor porque no pueda levantarme delante de ti(AD), pues estoy con lo que es común entre las mujeres[z]. Y él buscó, pero no encontró los ídolos domésticos[aa](AE).

Jacob responde a Labán

36 Entonces se enojó Jacob y riñó con Labán; y respondiendo Jacob, dijo a Labán: ¿Cuál es mi transgresión? ¿Cuál es mi pecado para que tan enardecidamente me hayas perseguido? 37 Aunque has buscado en[ab] todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo delante de mis parientes y de tus parientes para que ellos juzguen entre nosotros dos. 38 Estos veinte años yo he estado contigo; tus ovejas y tus cabras no han abortado, ni yo he comido los carneros de tus rebaños. 39 No te traía lo despedazado por las fieras; yo cargaba con la pérdida. Tú lo demandabas de mi mano, tanto lo robado de día como lo robado de noche. 40 Estaba yo que de día el calor[ac] me consumía y de noche la helada, y el[ad] sueño huía de mis ojos. 41 Estos veinte años he estado en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas(AF), y seis por tu rebaño, y diez veces cambiaste mi salario(AG). 42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham(AH), y temor de Isaac, no hubiera estado conmigo, ciertamente me hubieras enviado ahora con las manos vacías. Pero Dios ha visto mi aflicción(AI) y la labor de mis manos[ae], y anoche hizo justicia[af](AJ).

Pacto entre Labán y Jacob

43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son mis hijas, y los hijos mis hijos, y los rebaños mis rebaños, y todo lo que ves es mío(AK). ¿Pero qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas dieron a luz? 44 Ahora bien, ven, hagamos un pacto tú y yo(AL) y que sirva de testimonio(AM) entre tú y yo. 45 Entonces Jacob tomó una piedra y la levantó como señal[ag](AN). 46 Y Jacob dijo a sus parientes: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un montón, y comieron allí junto al montón. 47 Labán lo llamó Jegar Sahaduta[ah], pero Jacob lo llamó Galed[ai](AO). 48 Y Labán dijo: Este montón es hoy un testigo entre tú y yo(AP). Por eso lo llamó Galed; 49 y Mizpa[aj](AQ), porque dijo: Que el Señor nos vigile a los dos[ak] cuando nos hayamos apartado[al] el uno del otro. 50 Si maltratas a mis hijas, o si tomas otras mujeres además de mis hijas, aunque nadie lo sepa[am], mira, Dios es testigo entre tú y yo(AR). 51 Y Labán dijo a Jacob: Mira este montón, y mira el pilar que he puesto entre tú y yo. 52 Testigo sea este montón y testigo sea el pilar de que yo no pasaré de este montón hacia ti y tú no pasarás de este montón y de este pilar hacia mí, para hacer daño. 53 El Dios de Abraham(AS) y el Dios de Nacor, Dios de sus padres, juzgue entre nosotros(AT). Entonces Jacob juró por el que temía su padre Isaac(AU). 54 Luego ofreció Jacob un sacrificio en el monte, y llamó a sus parientes a comer[an]; y comieron[ao](AV), y pasaron la noche en el monte. 55 [ap]Y Labán se levantó muy de mañana, besó a sus hijos y a sus hijas(AW), y los bendijo. Entonces Labán partió y regresó a su lugar.

Footnotes

  1. Génesis 31:1 Lit., diciendo
  2. Génesis 31:1 Lit., gloria
  3. Génesis 31:2 O, vio
  4. Génesis 31:2 Lit., el rostro
  5. Génesis 31:4 Lit., a su rebaño
  6. Génesis 31:10 O, se apareaba
  7. Génesis 31:10 Lit., el rebaño
  8. Génesis 31:12 Lit., el rebaño
  9. Génesis 31:13 Lit., de tu nacimiento
  10. Génesis 31:15 I.e., disfrutado los beneficios del
  11. Génesis 31:15 Lit., dinero nuestro
  12. Génesis 31:19 Heb., terafim
  13. Génesis 31:20 Lit., robó el corazón de Labán
  14. Génesis 31:21 Lit., fijó su rostro
  15. Génesis 31:23 Lit., hermanos, y así en el resto del cap.
  16. Génesis 31:26 Lit., y has robado mi corazón
  17. Génesis 31:26 Lit., de la espada
  18. Génesis 31:27 Lit., me robaste
  19. Génesis 31:28 Lit., Ahora
  20. Génesis 31:29 Lit., Está en el poder de mi mano
  21. Génesis 31:29 Así en la versión gr. (sept.); en heb., haceros daño...de vuestro
  22. Génesis 31:32 Lit., reconoce
  23. Génesis 31:32 Lit., conmigo
  24. Génesis 31:34 Heb., terafim
  25. Génesis 31:34 Lit., palpó
  26. Génesis 31:35 Lit., la costumbre de las mujeres es sobre mí
  27. Génesis 31:35 Heb., terafim
  28. Génesis 31:37 Lit., palpado
  29. Génesis 31:40 O, la sequía
  30. Génesis 31:40 Lit., mi
  31. Génesis 31:42 Lit., palmas
  32. Génesis 31:42 O, te reprendió
  33. Génesis 31:45 Lit., pilar
  34. Génesis 31:47 I.e., el montón del testimonio, en arameo
  35. Génesis 31:47 I.e., el montón del testimonio, en heb.
  36. Génesis 31:49 Lit., el Mizpa; i.e., vigía, o, atalaya
  37. Génesis 31:49 Lit., vigile entre tú y yo
  38. Génesis 31:49 Lit., escondido
  39. Génesis 31:50 Lit., ningún hombre esté con nosotros
  40. Génesis 31:54 Lit., comer pan
  41. Génesis 31:54 Lit., comieron pan
  42. Génesis 31:55 En el texto heb., cap. 32:1

31 Y OIA él las palabras de los hijos de Labán que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre; y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta grandeza.

Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como ayer y antes de ayer.

También Jehová dijo á Jacob: Vuélvete á la tierra de tus padres, y á tu parentela; que yo seré contigo.

Y envió Jacob, y llamó á Rachêl y á Lea al campo á sus ovejas,

Y díjoles: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como ayer y antes de ayer: mas el Dios de mi padre ha sido conmigo.

Y vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido á vuestro padre:

Y vuestro padre me ha engañado, y me ha mudado el salario diez veces: pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal.

Si él decía así: Los pintados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían pintados: y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados.

Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y diómelo á mí.

10 Y sucedió que al tiempo que las ovejas se recalentaban, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían á las hembras eran listados, pintados y abigarrados.

11 Y díjome el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí.

12 Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás todos los machos que cubren á las ovejas listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho.

13 Yo soy el Dios de Beth-el, donde tú ungiste el título, y donde me hiciste un voto. Levántate ahora, y sal de esta tierra, y vuélvete á la tierra de tu naturaleza.

14 Y respondió Rachêl y Lea, y dijéronle: ¿Tenemos ya parte ni heredad en la casa de nuestro padre?

15 ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio?

16 Porque toda la riqueza que Dios ha quitado á nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos: ahora pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

17 Entonces se levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos.

18 Y puso en camino todo su ganado, y toda su hacienda que había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse á Isaac su padre en la tierra de Canaán.

19 Y Labán había ido á trasquilar sus ovejas: y Rachêl hurtó los ídolos de su padre.

20 Y recató Jacob el corazón de Labán Arameo, en no hacerle saber que se huía.

21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y levantóse, y pasó el río, y puso su rostro al monte de Galaad.

22 Y fué dicho á Labán al tercero día como Jacob se había huído.

23 Entonces tomó á sus hermanos consigo, y fué tras él camino de siete días, y alcanzóle en el monte de Galaad.

24 Y vino Dios á Labán Arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables á Jacob descomedidamente.

25 Alcanzó pues Labán á Jacob, y éste había fijado su tienda en el monte: y Labán plantó la con sus hermanos en el monte de Galaad.

26 Y dijo Labán á Jacob: ¿Qué has hecho, que me hurtaste el corazón, y has traído á mis hijas como prisioneras de guerra?

27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me hurtaste, y no me diste noticia, para que yo te enviara con alegría y con cantares, con tamborín y vihuela?

28 Que aun no me dejaste besar mis hijos y mis hijas. Ahora locamente has hecho.

29 Poder hay en mi mano para haceros mal: mas el Dios de vuestro padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables á Jacob descomedidamente.

30 Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses?

31 Y Jacob respondió, y dijo á Labán: Porque tuve miedo; pues dije, que quizás me quitarías por fuerza tus hijas.

32 En quien hallares tus dioses, no viva: delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tuviere tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Rachêl los había hurtado.

33 Y entró Labán en la tienda de Jacob, y en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló, y salió de la tienda de Lea, y vino á la tienda de Rachêl.

34 Y tomó Rachêl los ídolos, y púsolos en una albarda de un camello, y sentóse sobre ellos: y tentó Labán toda la tienda y no los halló.

35 Y ella dijo á su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

36 Entonces Jacob se enojó, y regañó con Labán; y respondió Jacob y dijo á Labán: ¿Qué prevaricación es la mía? ¿cuál es mi pecado, que con tanto ardor has venido en seguimiento mío?

37 Pues que has tentado todos mis muebles, ¿qué has hallado de todas las alhajas de tu casa? Ponlo aquí denlante de mis hermanos y tuyos, y juzguen entre nosotros ambos.

38 Estos veinte años he estado contigo: tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas.

39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras; yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, de mi mano lo requerías.

40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño se huía de mis ojos.

41 Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado; y has mudado mi salario diez veces.

42 Si el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, y el temor de Isaac, no fuera conmigo, de cierto me enviarías ahora vacío: vió Dios mi aflicción y el trabajo de mis manos, y reprendióte anoche.

43 Y respondió Labán, y dijo á Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y que puedo yo hacer hoy á estas mis hijas, ó á sus hijos que ellas han parido?

44 Ven pues ahora, hagamos alianza yo y tú; y sea en testimonio entre mí y entre ti.

45 Entonces Jacob tomó una piedra, y levantóla por título.

46 Y dijo Jacob á sus hermanos: Coged piedras. Y tomaron piedras é hicieron un majano; y comieron allí sobre aquel majano.

47 Y llamólo Labán Jegar Sahadutha: y lo llamó Jacob Galaad.

48 Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre mí y entre ti; por eso fué llamado su nombre Galaad.

49 Y Mizpa, por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre mí y entre ti, cuando nos apartáremos el uno del otro.

50 Si afligieres mis hijas, ó si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre mí y entre ti.

51 Dijo más Labán á Jacob: He aquí este majano, y he aquí este título, que he erigido entre mí y ti.

52 Testigo sea este majano, y testigo sea este título, que ni yo pasaré contra ti este majano, ni tú pasarás contra mí este majano ni este título, para mal.

53 El Dios de Abraham, y el Dios de Nachôr juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por el temor de Isaac su padre.

54 Entonces Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó á sus hermanos á comer pan: y comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte.

55 Y levantóse Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y retrocedió y volvióso á su lugar.

31 Y oía Jacob las palabras de los hijos de Labán, que decían: Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza. Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes. También Jehová dijo a Jacob: Vuélvete a la tierra de tus padres, y a tu parentela, y yo estaré contigo. Envió, pues, Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, y les dijo: Veo que el semblante de vuestro padre no es para conmigo como era antes; mas el Dios de mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; y vuestro padre me ha engañado, y me ha cambiado el salario diez veces; pero Dios no le ha permitido que me hiciese mal. Si él decía así: Los pintados serán tu salario, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía así: Los listados serán tu salario; entonces todas las ovejas parían listados. Así quitó Dios el ganado de vuestro padre, y me lo dio a mí. 10 Y sucedió que al tiempo que las ovejas estaban en celo, alcé yo mis ojos y vi en sueños, y he aquí los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados. 11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: Jacob. Y yo dije: Heme aquí. 12 Y él dijo: Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados; porque yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra, y donde me hiciste un voto.(A) Levántate ahora y sal de esta tierra, y vuélvete a la tierra de tu nacimiento. 14 Respondieron Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos tiene ya como por extrañas, pues que nos vendió, y aun se ha comido del todo nuestro precio? 16 Porque toda la riqueza que Dios ha quitado a nuestro padre, nuestra es y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Jacob huye de Labán

17 Entonces se levantó Jacob, y subió sus hijos y sus mujeres sobre los camellos, 18 y puso en camino todo su ganado, y todo cuanto había adquirido, el ganado de su ganancia que había obtenido en Padan-aram, para volverse a Isaac su padre en la tierra de Canaán. 19 Pero Labán había ido a trasquilar sus ovejas; y Raquel hurtó los ídolos de su padre. 20 Y Jacob engañó a Labán arameo, no haciéndole saber que se iba. 21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; y se levantó y pasó el Éufrates, y se dirigió al monte de Galaad. 22 Y al tercer día fue dicho a Labán que Jacob había huido. 23 Entonces Labán tomó a sus parientes consigo, y fue tras Jacob camino de siete días, y le alcanzó en el monte de Galaad. 24 Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente.

25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob; y este había fijado su tienda en el monte; y Labán acampó con sus parientes en el monte de Galaad. 26 Y dijo Labán a Jacob: ¿Qué has hecho, que me engañaste, y has traído a mis hijas como prisioneras de guerra? 27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? 28 Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y mis hijas. Ahora, locamente has hecho. 29 Poder hay en mi mano para haceros mal; mas el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: Guárdate que no hables a Jacob descomedidamente. 30 Y ya que te ibas, porque tenías deseo de la casa de tu padre, ¿por qué me hurtaste mis dioses? 31 Respondió Jacob y dijo a Labán: Porque tuve miedo; pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas. 32 Aquel en cuyo poder hallares tus dioses, no viva; delante de nuestros hermanos reconoce lo que yo tenga tuyo, y llévatelo. Jacob no sabía que Raquel los había hurtado. 33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló; y salió de la tienda de Lea, y entró en la tienda de Raquel. 34 Pero tomó Raquel los ídolos y los puso en una albarda de un camello, y se sentó sobre ellos; y buscó Labán en toda la tienda, y no los halló. 35 Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor, porque no me puedo levantar delante de ti; pues estoy con la costumbre de las mujeres. Y él buscó, pero no halló los ídolos.

36 Entonces Jacob se enojó, y riñó con Labán; y respondió Jacob y dijo a Labán: ¿Qué transgresión es la mía? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? 37 Pues que has buscado en todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros. 38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. 39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 40 De día me consumía el calor, y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 41 Así he estado veinte años en tu casa; catorce años te serví por tus dos hijas, y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y temor de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y te reprendió anoche.

43 Respondió Labán y dijo a Jacob: Las hijas son hijas mías, y los hijos, hijos míos son, y las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿y qué puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a sus hijos que ellas han dado a luz? 44 Ven, pues, ahora, y hagamos pacto tú y yo, y sea por testimonio entre nosotros dos. 45 Entonces Jacob tomó una piedra, y la levantó por señal. 46 Y dijo Jacob a sus hermanos: Recoged piedras. Y tomaron piedras e hicieron un majano, y comieron allí sobre aquel majano. 47 Y lo llamó Labán, Jegar Sahaduta;[a] y lo llamó Jacob, Galaad.[b] 48 Porque Labán dijo: Este majano es testigo hoy entre nosotros dos; por eso fue llamado su nombre Galaad; 49 y Mizpa,[c] por cuanto dijo: Atalaye Jehová entre tú y yo, cuando nos apartemos el uno del otro. 50 Si afligieres a mis hijas, o si tomares otras mujeres además de mis hijas, nadie está con nosotros; mira, Dios es testigo entre nosotros dos. 51 Dijo más Labán a Jacob: He aquí este majano, y he aquí esta señal, que he erigido entre tú y yo. 52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este majano contra ti, ni tú pasarás de este majano ni de esta señal contra mí, para mal. 53 El Dios de Abraham y el Dios de Nacor juzgue entre nosotros, el Dios de sus padres. Y Jacob juró por aquel a quien temía Isaac su padre. 54 Entonces Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan; y comieron pan, y durmieron aquella noche en el monte. 55 Y se levantó Labán de mañana, y besó sus hijos y sus hijas, y los bendijo; y regresó y se volvió a su lugar.

Footnotes

  1. Génesis 31:47 Arameo, El majano del testimonio.
  2. Génesis 31:47 Heb. El majano del testimonio.
  3. Génesis 31:49 Esto es, Atalaya.

31 Jacob oía las palabras de los hijos de Labán, que decían: «Jacob ha tomado todo lo que era de nuestro padre, y de lo que era de nuestro padre ha adquirido toda esta riqueza.» Miraba también Jacob el semblante de Labán, y veía que no era para con él como había sido antes. Entonces Jehová dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, a tu parentela, y yo estaré contigo.»

Envió, pues, Jacob a llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaban sus ovejas, y les dijo:

—Veo que vuestro padre ya no me mira como antes; pero el Dios de mi padre ha estado conmigo. Vosotras sabéis que con todas mis fuerzas he servido a vuestro padre; pero vuestro padre me ha engañado y me ha cambiado el salario diez veces, si bien Dios no le ha permitido que me hiciera daño. Si él decía: “Los pintados serán tu salario”, entonces todas las ovejas parían pintados; y si decía: “Los listados serán tu salario”, entonces todas las ovejas parían listados. Así quitó Dios el ganado de vuestro padre y me lo dio a mí.

10 »Sucedió, cuando las ovejas estaban en celo, que alcé yo mis ojos y vi en sueños que los machos que cubrían a las hembras eran listados, pintados y abigarrados. 11 Y me dijo el ángel de Dios en sueños: “Jacob”. Y yo respondí: “Aquí estoy.” 12 Entonces él dijo: “Alza ahora tus ojos, y verás que todos los machos que cubren a las hembras son listados, pintados y abigarrados, pues yo he visto todo lo que Labán te ha hecho. 13 Yo soy el Dios de Bet-el, donde tú ungiste la piedra y donde me hiciste un voto. Levántate ahora y sal de esta tierra; vuélvete a la tierra donde naciste.”

14 Respondieron Raquel y Lea, y le dijeron:

—¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre? 15 ¿No nos tiene ya por extrañas, pues que nos vendió y hasta se ha comido del todo lo que recibió por nosotras? 16 Toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora, pues, haz todo lo que Dios te ha dicho.

Jacob huye de Labán

17 Se levantó, pues, Jacob y montó a sus hijos y a sus mujeres sobre los camellos; 18 y puso en camino todo su ganado y todo cuanto había adquirido (el ganado de la ganancia que había obtenido en Padan-aram), para volverse a Isaac, su padre, en la tierra de Canaán. 19 Como Labán había ido a trasquilar sus ovejas, Raquel hurtó los ídolos de su padre; 20 y Jacob engañó a Labán, el arameo, no diciéndole que se iba. 21 Huyó, pues, con todo lo que tenía; se levantó, pasó el Éufrates y se dirigió a los montes de Galaad. 22 Al tercer día le dijeron a Labán que Jacob había huido. 23 Entonces Labán tomó consigo a sus parientes, y fue tras Jacob. Siete días después lo alcanzó en los montes de Galaad. 24 Pero aquella noche vino Dios en sueños a Labán, el arameo, y le dijo: «Cuídate de no hablarle a Jacob descomedidamente.»

25 Alcanzó, pues, Labán a Jacob, que había fijado su tienda en el monte; y acampó Labán con sus parientes en los montes de Galaad. 26 Entonces dijo Labán a Jacob:

—¿Qué has hecho? ¿Por qué me has engañado y te has llevado a mis hijas como prisioneras de guerra? 27 ¿Por qué te escondiste para huir, y me engañaste, y no me lo hiciste saber para que yo te despidiera con alegría y con cantares, con tamborín y arpa? 28 Pues ni aun me dejaste besar a mis hijos y a mis hijas. Esta vez has obrado locamente. 29 Poder hay en mi mano para haceros daño; pero el Dios de tu padre me habló anoche diciendo: “Cuídate de no hablarle a Jacob descomedidamente.” 30 Y ya que te ibas, pues añorabas la casa de tu padre, ¿por qué hurtaste mis dioses?

31 Respondió Jacob a Labán:

—Porque tuve miedo, pues pensé que quizá me quitarías por fuerza tus hijas. 32 Aquel en cuyo poder halles tus dioses, ¡que no viva! Reconoce delante de nuestros hermanos lo que yo tenga tuyo, y llévatelo.

Ciertamente Jacob no sabía que Raquel los había hurtado.

33 Entró Labán en la tienda de Jacob, en la tienda de Lea y en la tienda de las dos siervas, y no los halló. Salió de la tienda de Lea y entró en la tienda de Raquel. 34 Pero Raquel tomó los ídolos y los puso en la montura de un camello, y se sentó sobre ellos. Labán rebuscó por toda la tienda y no los encontró. 35 Entonces ella dijo a su padre:

—No se enoje mi señor, si no me puedo levantar delante de ti, pues estoy con el período de las mujeres.

Como Labán siguió rebuscando sin hallar los ídolos, 36 Jacob se enojó y riñó con Labán, diciéndole:

—¿Qué falta cometí? ¿Cuál es mi pecado, para que con tanto ardor hayas venido en mi persecución? 37 Al registrar todas mis cosas, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí delante de mis hermanos y de los tuyos, y juzguen entre nosotros. 38 Estos veinte años he estado contigo; tus ovejas y tus cabras nunca abortaron, ni yo comí carnero de tus ovejas. 39 Nunca te traje lo arrebatado por las fieras: yo pagaba el daño; lo hurtado, así de día como de noche, a mí me lo cobrabas. 40 De día me consumía el calor y de noche la helada, y el sueño huía de mis ojos. 41 Así he estado veinte años en tu casa: catorce años te serví por tus dos hijas y seis años por tu ganado, y has cambiado mi salario diez veces. 42 Si el Dios de mi padre, Dios de Abraham y Terror de Isaac, no estuviera conmigo, de cierto me enviarías ahora con las manos vacías; pero Dios ha visto mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche te reprendió.

43 Respondió Labán y dijo a Jacob:

—Las hijas son hijas mías; los hijos, hijos míos son; las ovejas son mis ovejas, y todo lo que tú ves es mío: ¿qué les puedo yo hacer hoy a estas mis hijas, o a los hijos que ellas han dado a luz? 44 Ven ahora, pues, y hagamos pacto tú y yo, y sirva por testimonio entre nosotros dos.

45 Entonces Jacob tomó una piedra y la levantó por señal. 46 Y dijo Jacob a sus hermanos:

—Recoged piedras.

Tomaron, pues, piedras e hicieron un montón, y comieron allí sobre aquel montón. 47 Labán lo llamó «Jegar Sahaduta»; y Jacob lo llamó «Galaad».

48 Entonces Labán dijo:

—Este montón de piedras es testigo hoy entre nosotros dos.

Por eso fue llamado su nombre Galaad; 49 y también Mizpa, por cuanto dijo:

—Vigile Jehová entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro. 50 Si maltratas a mis hijas o si tomas otras mujeres además de mis hijas, aunque nadie esté con nosotros, mira, Dios es testigo entre nosotros dos.

51 Dijo más Labán a Jacob:

—Mira este montón de piedras y esta señal que he erigido entre tú y yo. 52 Testigo sea este montón de piedras y testigo sea esta señal, que ni yo pasaré de este montón de piedras para ir contra ti ni tú pasarás de este montón ni de esta señal para ir contra mí, para nada malo. 53 Que el Dios del padre de nuestros padres, el Dios de Abraham y el Dios de Nacor, juzgue entre nosotros.

Jacob juró por aquel a quien temía Isaac, su padre. 54 Luego Jacob inmoló víctimas en el monte, y llamó a sus hermanos a comer pan. Ellos comieron pan y durmieron aquella noche en el monte.

55 Se levantó Labán de mañana y besó a sus hijos y a sus hijas; los bendijo, partió y se volvió a su lugar.

Jacob huye de Labán

31 Pero Jacob se enteró de que los hijos de Labán andaban diciendo: «Jacob se ha ido apoderando de todo lo que pertenecía a nuestro padre y se ha enriquecido a costa suya». También notó que Labán ya no lo trataba como antes.

Entonces el Señor dijo a Jacob: «Vuélvete a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo».

Jacob mandó llamar a Raquel y a Lea al campo donde estaba el rebaño y les dijo:

—Me he dado cuenta de que su padre ya no me trata como antes. ¡Pero el Dios de mi padre ha estado conmigo! Ustedes saben muy bien que yo he trabajado para su padre Labán con todas mis fuerzas. No obstante, él me ha engañado y me ha cambiado el salario muchas veces.[a] Pero Dios no le ha permitido causarme ningún daño. Si él acordaba conmigo: “Los animales manchados serán tu salario”, todas las hembras tenían crías manchadas; y si él acordaba: “Los animales rayados serán tu salario”, todas las hembras tenían crías rayadas. Así Dios le ha quitado el ganado al padre de ustedes y me lo ha dado a mí.

10 »En cierta ocasión, durante la época en que los animales estaban en celo, tuve un sueño. En ese sueño veía que los chivos que cubrían a las cabras eran rayados, manchados o moteados. 11 En ese mismo sueño, el ángel de Dios me llamó: “¡Jacob!”. Y yo le respondí: “Aquí estoy”. 12 Entonces él me dijo: “Fíjate bien y te darás cuenta de que todos los chivos que cubren a las cabras son rayados, manchados o moteados. Yo he visto todo lo que te ha hecho Labán. 13 Yo soy el Dios de Betel, donde ungiste una piedra como monumento y me hiciste una promesa. Vete ahora de esta tierra y vuelve a la tierra de tus parientes”».

14 Raquel y Lea respondieron:

—Ya no tenemos ninguna parte ni herencia en la casa de nuestro padre. 15 Al contrario, nos ha tratado como si fuéramos extranjeras. Nos ha vendido y se ha gastado todo lo que recibió por nosotras. 16 Lo cierto es que toda la riqueza que Dios le ha quitado a nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos. Por eso, haz ahora todo lo que Dios te ha ordenado.

17 Entonces Jacob se preparó y montó a sus hijos y a sus esposas en los camellos, 18 puso en marcha todo su ganado, junto con todos los bienes que había acumulado en Padán Aram,[b] y se dirigió hacia la tierra de Canaán, donde vivía su padre Isaac.

19 Mientras Labán estaba ausente esquilando sus ovejas, Raquel aprovechó el momento para robarse los ídolos familiares.[c] 20 Fue así como Jacob engañó a Labán el arameo y huyó sin decirle nada. 21 Jacob se escapó con todo lo que tenía. Una vez que cruzó el río Éufrates, se encaminó hacia la región montañosa de Galaad.

Labán persigue a Jacob

22 Al tercer día informaron a Labán que Jacob se había escapado. 23 Entonces Labán reunió a sus parientes y lo persiguió durante siete días hasta que lo alcanzó en los montes de Galaad. 24 Pero esa misma noche Dios se apareció en un sueño a Labán, el arameo, y le dijo: «¡Cuidado con amenazar a Jacob!».

25 Labán alcanzó a Jacob en los montes de Galaad, donde este había acampado. También Labán acampó allí junto con sus parientes 26 y reclamó a Jacob:

—¿Qué has hecho? ¡Me has engañado y te has llevado a mis hijas como si fueran prisioneras de guerra! 27 ¿Por qué has huido en secreto, con engaños y sin decirme nada? Yo te habría despedido con alegría y cantos al son de panderos y de arpa. 28 Ni siquiera me dejaste besar a mis hijas y a mis nietos. ¡Te has comportado como un necio! 29 Mi poder es más que suficiente para hacerles daño, pero anoche el Dios de tu padre me habló y me dijo: “¡Cuidado con amenazar a Jacob!”. 30 Ahora bien, entiendo que hayas querido irte porque añoras la casa de tu padre, pero ¿por qué me robaste mis dioses?

31 Jacob respondió:

—La verdad es que tuve mucho miedo, porque pensé que podrías quitarme a tus hijas por la fuerza. 32 Pero si encuentras tus dioses en poder de alguno de los que están aquí, tal persona no quedará con vida. Pongo a nuestros parientes como testigos: busca lo que sea tuyo y llévatelo. Pero Jacob no sabía que Raquel se había robado los ídolos de Labán.

33 Entonces Labán entró en la tienda de campaña de Jacob, luego en la de Lea y en la de las dos criadas, pero no encontró lo que buscaba. Cuando salió de la tienda de Lea, entró en la de Raquel. 34 Pero Raquel, luego de tomar los ídolos familiares y esconderlos bajo la montura del camello, se sentó sobre ellos. Labán los buscó por toda la tienda, pero no los encontró. 35 Entonces Raquel dijo a su padre:

—Por favor, no se enoje, mi señor, si no puedo levantarme ante usted, pero es que estoy en mi período de menstruación.

Labán buscó los ídolos familiares, pero no logró encontrarlos.

36 Entonces Jacob se enojó con Labán e indignado reclamó:

—¿Qué crimen o pecado he cometido para que me acoses de esta manera? 37 Ya has registrado todas mis cosas, ¿y acaso has encontrado algo que te pertenezca? Si algo has encontrado, ponlo aquí, frente a nuestros parientes, y que ellos determinen quién de los dos tiene la razón.

38 Durante los veinte años que estuve contigo, nunca abortaron tus ovejas ni tus cabras, ni jamás me comí un carnero de tus rebaños. 39 Nunca te traje un animal despedazado por las fieras, ya que yo mismo me hacía cargo de esa pérdida. Además, lo que se robaban de día o de noche, tú me lo reclamabas. 40 De día me consumía el calor, de noche me moría de frío y ni dormir podía. 41 De los veinte años que estuve en tu casa, catorce te serví por tus dos hijas y seis, por tu ganado, y cambiaste mi salario diez veces. 42 Si no hubiera estado conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abraham y el Temor de Isaac, seguramente me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y entonces anoche me hizo justicia.

43 Labán respondió a Jacob:

—Estas mujeres son mis hijas y estos muchachos son mis nietos; mías también son las ovejas; todo lo que ves me pertenece. Pero ¿qué podría hacerles ahora a mis hijas y a mis nietos? 44 Hagamos un pacto tú y yo y que ese pacto nos sirva como testimonio.

45 Entonces Jacob tomó una piedra, la erigió como un monumento 46 y dijo a sus parientes:

—¡Junten piedras!

Ellos juntaron piedras, las amontonaron y comieron allí, junto al montón de piedras. 47 A ese lugar Labán le puso por nombre Yegar Saduta, mientras que Jacob lo llamó Galaad.[d]

48 —Este montón de piedras —declaró Labán—, nos servirá de testimonio.

Por eso se le llamó Galaad a ese lugar 49 y también se le llamó Mizpa,[e] porque Labán juró:

—Que el Señor nos vigile cuando ya estemos lejos el uno del otro. 50 Si tú maltratas a mis hijas o tomas otras mujeres que no sean ellas, recuerda que Dios es nuestro testigo, aunque no haya ningún otro testigo entre nosotros.

51 Mira este montón de piedras y el monumento que he levantado entre nosotros —señaló Labán—. 52 Ambos serán testigos de que ni tú ni yo cruzaremos esta línea con el propósito de hacernos daño. 53 ¡Que el Dios de Abraham y el Dios de Najor, el Dios de sus padres, juzgue entre nosotros!

Entonces Jacob juró por el Dios conocido como el Temor de Isaac, su padre. 54 Luego ofreció un sacrificio en el monte e invitó a sus parientes a participar en la comida. Después de que todos comieron, pasaron la noche allí.

55 A la madrugada del día siguiente Labán se levantó, besó y bendijo a sus nietos y a sus hijas, y regresó a su casa.

Footnotes

  1. 31:7 muchas veces. Lit. diez veces.
  2. 31:18 Padán Aram. Es decir, el noroeste de Mesopotamia.
  3. 31:19 ídolos familiares. Lit. terafines.
  4. 31:47 Yegar Saduta en arameo, y Galaad en hebreo, significan montículo del testimonio.
  5. 31:49 Mizpa significa torre de vigilancia.