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Visión de las langostas

Esto me mostró el Señor: Cuando apenas comenzaba a brotar la siembra tardía, la que se hace después de la cosecha del rey, vi al Señor creando langostas. Y cuando las langostas ya estaban comiéndose hasta la última hierba, dije:

—¡Señor, perdónanos! ¿Cómo va a resistir tu pueblo Jacob, si es tan pequeño?

Entonces el Señor desistió de su propósito, y dijo:

—¡Eso no va a suceder!

Visión del fuego

Esto me mostró el Señor: Le vi enviar como castigo un fuego abrasador, que secó por completo el gran mar profundo y que estaba acabando también con los campos. Yo dije:

—¡Deténte, Señor, por favor! ¿Cómo va a resistir tu pueblo Jacob, si es tan pequeño?

Entonces el Señor desistió de su propósito, y dijo:

—¡Tampoco esto va a suceder!

Visión de la plomada

El Señor me mostró también esto: Estaba él junto a un muro, y tenía en la mano una plomada de albañil. Y me preguntó:

—¿Qué ves, Amós?

—Una plomada de albañil —respondí.

Entonces me dijo:

—Pues con esta plomada de albañil voy a ver cómo es de recta la conducta de mi pueblo Israel. No le voy a perdonar ni una vez más. Los santuarios de Isaac serán destruidos, y los templos de Israel quedarán en ruinas. ¡Alzaré la espada contra la familia de Jeroboam!

Amós se enfrenta a Amasías

10 Amasías, sacerdote de Betel, mandó decir a Jeroboam, rey de Israel: «Amós anda entre la gente de Israel, conspirando contra Su Majestad. El país ya no puede soportar que siga hablando. 11 Porque anda por ahí diciendo: “Jeroboam morirá a filo de espada, y todo el pueblo de Israel será llevado al destierro.”»

12 Luego, Amasías le ordenó a Amós:

—¡Largo de aquí, profeta! Si quieres ganarte la vida profetizando, vete a Judá; 13 pero no profetices más en Betel, porque es santuario del rey y templo principal del reino.

14 Pero Amós le contestó:

—Yo no soy profeta, ni pretendo serlo. Me gano la vida cuidando ovejas y recogiendo higos silvestres, 15 pero el Señor me quitó de andar cuidando ovejas, y me dijo: “Ve y habla en mi nombre a mi pueblo Israel.” 16 Por lo tanto, oye la palabra del Señor. Esto es lo que tú dices: “No hables nada en nombre de Dios contra Israel, ni digas nada contra los descendientes de Isaac.” 17 Pero esto es lo que dice el Señor: “Tu mujer se prostituirá en plena ciudad, y tus hijos e hijas morirán a filo de espada; tus tierras serán repartidas en sorteo; tú mismo morirás en tierra de paganos, y los israelitas serán llevados cautivos, lejos de su tierra.”

La cesta de fruta madura

Esto me mostró Dios el Señor: Había una cesta de fruta madura, y él me preguntó:

—¿Qué ves, Amós?

—Una cesta de fruta madura —respondí.

Y me dijo el Señor:

—Ya Israel está maduro; no le voy a perdonar ni una vez más. Ese día los cantos del palacio se volverán lamentos. Mucha gente morirá, y en silencio serán arrojados fuera sus cadáveres. El Señor lo afirma.

Se acerca el juicio de Israel

Oigan esto, ustedes que oprimen a los humildes y arruinan a los pobres del país; ustedes que dicen: «¿Cuándo pasará la fiesta de la luna nueva, para que podamos vender el trigo? ¿Cuándo pasará el sábado, para que vendamos el grano a precios altos y usando medidas con trampa y pesas falsas? ¡Arruinaremos a los pobres hasta que ellos mismos se nos vendan como esclavos para pagar sus deudas, aunque sólo deban un par de sandalias! ¡Venderemos hasta el desecho del trigo!» El Señor ha jurado por la gloria de Jacob: «Nunca olvidaré lo que han hecho.»

¿Y no habrá de temblar la tierra por todo esto?
¿No habrán de llorar todos sus habitantes?
¡La tierra subirá y bajará,
como suben y bajan las aguas del Nilo!
«Ese día —afirma el Señor—,
haré que se oculte el sol al mediodía,
y en pleno día cubriré de oscuridad la tierra.
10 Cambiaré las fiestas en llanto por los muertos,
y los cantos en lamentos fúnebres;
haré que ustedes se vistan de luto,
y que se rapen la cabeza en señal de dolor.
Llorarán como el que ha perdido a su único hijo,
y todo acabará en amargura.
11 Vienen días —afirma el Señor—
en los cuales mandaré hambre a la tierra;
no hambre de pan, ni sed de agua,
sino hambre de oír la palabra del Señor.
12 La gente andará errante,
buscando la palabra del Señor;
irán de un mar al otro mar,
y desde el norte y hasta el oriente,
pero no podrán encontrarla.
13 Hermosas muchachas y valientes muchachos
se desmayarán de sed ese día.
14 Los que juran por los ídolos de Samaria;
los que dicen: “Por vida de tu dios, oh Dan”,
“Por vida de los dioses de Beerseba”,
caerán para no levantarse más.»

Nadie escapa al juicio del Señor

Vi al Señor, que estaba junto al altar y me decía:

«Golpea los capiteles hasta que tiemblen los umbrales;
¡que caigan hechos pedazos sobre la gente!
A quienes queden vivos, los mataré a filo de espada:
aunque traten de huir, ni uno solo se salvará;
aunque se escondan en las profundidades de la tierra,
de allí los sacaré;
aunque suban a las alturas de los cielos,
de allí los haré bajar.
Si se esconden en la cumbre del monte Carmelo,
aun allá los iré a buscar;
si se esconden de mí en el fondo del mar,
mandaré al monstruo marino que vaya y los destroce;
y si van al destierro, llevados por sus enemigos,
mandaré a la espada que vaya y los mate.
¡Para mal, y no para bien,
los tendré siempre a la vista!»

El Señor, el Dios todopoderoso,
toca la tierra, y la tierra se derrite
y lloran todos sus habitantes.
La tierra sube y baja,
como suben y bajan las aguas del Nilo.
El Señor ha puesto su habitación en el cielo
y la bóveda celeste sobre la tierra;
él llama a las aguas del mar
y las derrama sobre la tierra.
El Señor, ése es su nombre.

Esto afirma el Señor:
«Israelitas, para mí no hay diferencia
entre ustedes y los etiopes.
Así como los traje a ustedes de Egipto,
así traje también de Creta a los filisteos
y de Quir a los arameos.»

El Señor mira este reino pecador, y dice:
«Lo voy a borrar de la tierra,
pero no destruiré por completo la casa de Jacob.
Yo, el Señor, lo afirmo.
Voy a ordenar que la casa de Israel sea zarandeada
como se zarandea el trigo en una criba,
sin que un solo grano caiga a tierra.
10 Todos los pecadores de mi pueblo
morirán a filo de espada;
todos los que dicen: “Nada de eso nos pasará;
el mal no va a alcanzarnos.”

Restauración futura de Israel

11 »El día viene en que levantaré la caída choza de David. Taparé sus brechas, levantaré sus ruinas y la reconstruiré tal como fue en los tiempos pasados, 12 para que lo que quede de Edom y de toda nación que me ha pertenecido vuelva a ser posesión de Israel.» El Señor ha dado su palabra, y la cumplirá.

13 «Vienen días en que todavía se estará cosechando el trigo cuando ya será tiempo de arar el campo, y en que aún no se habrá acabado de pisar las uvas cuando ya será tiempo de sembrar el trigo. Por montes y colinas correrá el vino como agua. 14 Entonces traeré del destierro a mi pueblo Israel. Reconstruirán las ciudades destruidas, y vivirán en ellas; plantarán viñedos, y beberán su vino; sembrarán huertos, y comerán sus frutos. 15 Pues los plantaré en su propia tierra, y nunca más volverán a ser arrancados de la tierra que les di.» Dios el Señor lo afirma.

Tres visiones de destrucción

Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí era el heno tardío después de las siegas del rey. Y aconteció que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jehová.

Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo, y consumió una parte de la tierra. Y dije: Señor Jehová, cesa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová el Señor.

Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa de Jeroboam.

Amós y Amasías

10 Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas sus palabras. 11 Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio. 12 Y Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y come allá tu pan, y profetiza allá; 13 y no profetices más en Bet-el, porque es santuario del rey, y capital del reino.

14 Entonces respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. 15 Y Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza a mi pueblo Israel. 16 Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de Isaac. 17 Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tu tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.

El canastillo de fruta de verano

Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí un canastillo de fruta de verano.[a] Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el fin[b] sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Y los cantores del templo gemirán en aquel día, dice Jehová el Señor; muchos serán los cuerpos muertos; en todo lugar los echarán fuera en silencio.

El juicio sobre Israel se acerca

Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y arruináis a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el precio, y falsearemos con engaño la balanza, para comprar los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos, y venderemos los desechos del trigo?

Jehová juró por la gloria de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras. ¿No se estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará todo habitante de ella? Subirá toda, como un río, y crecerá y mermará como el río de Egipto.

Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro. 10 Y cambiaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo.

11 He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. 12 E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.

13 En aquel tiempo las doncellas hermosas y los jóvenes desmayarán de sed. 14 Los que juran por el pecado de Samaria, y dicen: Por tu Dios, oh Dan, y: Por el camino de Beerseba, caerán, y nunca más se levantarán.

Los juicios de Jehová son ineludibles

Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.

Aunque cavasen hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá. Y si fueren en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada, y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no para bien.

El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran; y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río de Egipto. Él edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido su expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre.

Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes, dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos? He aquí los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo la casa de Jacob, dice Jehová.

Porque he aquí yo mandaré y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un granito en la tierra. 10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.

Restauración futura de Israel

11 En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; 12 para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto.(A)

13 He aquí vienen días, dice Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto, y todos los collados se derretirán. 14 Y traeré del cautiverio a mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán huertos, y comerán el fruto de ellos. 15 Pues los plantaré sobre su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les di, ha dicho Jehová Dios tuyo.

Notas al pie

  1. Amós 8:1 Heb. kayits.
  2. Amós 8:2 Heb. ha-kets.

Tres visiones

Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: empezaba a crecer la hierba después de la siega que corresponde al rey y vi al Señor preparando enjambres de langostas. Cuando las langostas acababan con la hierba de la tierra, exclamé:

—¡Señor mi Dios, te ruego que perdones a Jacob! ¿Cómo va a sobrevivir, si es tan pequeño?

Entonces el Señor se compadeció y dijo:

—Esto no va a suceder.

Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: Vi al Señor y Dios llamar a juicio con un fuego que devoraba el gran abismo y consumía los campos. Y exclamé:

—¡Detente, Señor mi Dios, te lo ruego! ¿Cómo sobrevivirá Jacob, si es tan pequeño?

Entonces el Señor se compadeció y dijo:

—Esto tampoco va a suceder.

Esto es lo que me mostró: El Señor estaba de pie junto a un muro construido a plomo y tenía una cuerda de plomada en la mano. Y el Señor me preguntó:

—¿Qué ves, Amós?

—Una cuerda de plomada —respondí.

Entonces el Señor dijo:

—Mira, voy a tirar la plomada en medio de mi pueblo Israel; no volveré a perdonarlo.

»Los altares paganos de Isaac serán destruidos
    y quedarán en ruinas los santuarios de Israel;
    me levantaré con espada contra la casa de Jeroboán».

Amasías contra Amós

10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel, envió un mensaje a Jeroboán rey de Israel: «Amós está conspirando contra ti en medio de Israel. La tierra no puede soportar sus palabras, 11 porque anda diciendo:

»“Jeroboán morirá a espada
    e Israel será llevado cautivo
    lejos de su tierra”».

12 Entonces Amasías dijo a Amós:

—¡Vete de aquí, vidente! ¡Si quieres ganarte el pan profetizando, vete a la tierra de Judá! 13 No vuelvas a profetizar en Betel, porque este es el santuario del rey; es el templo del reino.

14 Amós respondió a Amasías:

—Yo no soy profeta ni hijo de profeta, sino que soy pastor y cultivo higos silvestres. 15 Pero el Señor me sacó de detrás del rebaño y me dijo: “Ve y profetiza a mi pueblo Israel”. 16 Así que oye la palabra del Señor. Tú dices:

»“No profetices contra Israel;
    deja de predicar contra los descendientes de Isaac”.

17 »Por eso, así dice el Señor:

»“Tu esposa se prostituirá en la ciudad
    y tus hijos y tus hijas caerán a espada.
Tu tierra será medida y repartida,
    tú mismo morirás en un país pagano
e Israel será llevado cautivo
    lejos de su tierra”».

Cuarta visión y advertencias

Esto es lo que el Señor y Dios me mostró: una canasta de fruta madura y me preguntó: «¿Qué ves, Amós?».

«Una canasta de fruta madura», respondí.

Entonces el Señor me dijo:

«Ha llegado el tiempo de que Israel caiga como fruta madura; no volveré a perdonarlo.

»En aquel día —afirma el Señor y Dios—, las canciones del palacio se volverán lamentos. ¡Muchos serán los cadáveres tirados por todas partes! ¡Silencio!».

Oigan esto, los que pisotean a los necesitados
    y exterminan a los pobres de la tierra.

Ustedes dicen:

«¿Cuándo pasará la fiesta de luna nueva
    para que podamos vender grano
o el día de reposo
    para que pongamos a la venta el trigo?».
Ustedes buscan achicar la medida
    y aumentar el precio,
    falsear las balanzas
y vender los deshechos del grano,
    comprar al desvalido por dinero
    y al necesitado, por un par de sandalias.

El Señor ha jurado por el orgullo de Jacob: «Jamás olvidaré nada de lo que han hecho.

»¿Y con todo esto no temblará la tierra?
    ¿No se enlutarán sus habitantes?
Subirá la tierra entera como el Nilo;
    se agitará y bajará,
    como el río de Egipto.

»En aquel día», afirma el Señor y Dios,

«haré que el sol se ponga al mediodía
    y que en pleno día la tierra se oscurezca.
10 Convertiré en luto sus fiestas religiosas
    y en cantos fúnebres todas sus canciones.
Los vestiré de luto
    y afeitaré su cabeza.
Será como si lloraran la muerte de un hijo único
    y terminarán el día en amargura.

11 »Vienen días», afirma el Señor y Dios,
    «en que enviaré hambre al país;
no será hambre de pan ni sed de agua,
    sino hambre de oír las palabras del Señor.
12 La gente vagará sin rumbo de mar a mar;
    andarán errantes del norte al este,
buscando la palabra del Señor,
    pero no la encontrarán.
13 En aquel día se desmayarán de sed
    las jóvenes hermosas y los jóvenes fuertes.
14 Y caerán para no levantarse jamás
    los que juran por la culpa[a] de Samaria,
    los que dicen: “¡Tan cierto como que tu dios vive, oh Dan!
    ¡Tan cierto como que tu dios vive, Berseba!”».[b]

Quinta visión

Vi al Señor de pie junto al altar y él dijo:

«Golpea los capiteles de las columnas
    para que se estremezcan los umbrales
y caigan en pedazos sobre sus cabezas.
    A los que queden los mataré a espada.
Ni uno solo escapará,
    ninguno saldrá con vida.
Aunque caven hasta las profundidades del abismo,[c]
    de allí los sacará mi mano.
Aunque suban hasta el cielo,
    de allí los derribaré.
Aunque se oculten en la cumbre del Carmelo,
    allí los buscaré y los atraparé.
Aunque de mí se escondan en el fondo del mar,
    allí ordenaré a la serpiente que los muerda.
Aunque vayan al destierro cautivos por sus enemigos,
    allí ordenaré que los mate la espada.

»Para mal y no para bien,
    fijaré en ellos mis ojos».

El Señor y Dios de los Ejércitos
    toca la tierra y ella se desmorona.
Sube y baja la tierra
    como las aguas del Nilo, el río de Egipto,
    y se enlutan todos los que en ella viven.
Dios construye su excelso palacio en el cielo
    y pone su cimiento[d] en la tierra,
llama a las aguas del mar
    y las derrama sobre la superficie de la tierra:
    su nombre es el Señor.

«Israelitas, ¿acaso ustedes
    no son para mí como cusitas?
¿Acaso no saqué de Egipto a Israel,
    de Creta[e] a los filisteos
    y de Quir a los arameos?»,
    afirma el Señor.

«Por eso los ojos del Señor y Dios
    están sobre este reino pecador.
Borraré de la faz de la tierra a los descendientes de Jacob,
    aunque no del todo»,
    afirma el Señor.
«Daré la orden de sacudir al pueblo de Israel
    entre todas las naciones,
como se sacude el trigo en una zaranda,
    sin que caiga a tierra ni un solo grano.
10 Morirán a filo de espada
    todos los pecadores de mi pueblo,
todos los que dicen:
    “No nos alcanzará la calamidad;
    ¡jamás se nos acercará!”.

Restauración de Israel

11 »En aquel día

»restauraré la casa[f] caída de David.
    Repararé sus grietas,
    restauraré sus ruinas
    y la reconstruiré tal como era en días pasados,
12 para que ellos posean el remanente de Edom
    y todas las naciones sobre las que se ha invocado mi nombre»,
afirma el Señor,
    quien hará estas cosas.

13 «Vienen días», afirma el Señor,

«en los cuales el que ara alcanzará al segador
    y el que pisa las uvas, al sembrador.
Los montes destilarán vino dulce,
    el cual correrá por todas las colinas.
14 Restauraré[g] a mi pueblo Israel;

    ellos reconstruirán las ciudades arruinadas
    y vivirán en ellas.
Plantarán viñedos y beberán su vino;
    cultivarán huertos y comerán sus frutos.
15 Plantaré a Israel en su propia tierra,
    para que nunca más sea arrancado
    de la tierra que yo le di»,

dice el Señor tu Dios.

Notas al pie

  1. 8:14 por la culpa. Alt. por Asima; es decir, el ídolo samaritano.
  2. 8:14 tu dios vive, Berseba. Lit. tu camino vive, Berseba.
  3. 9:2 del abismo. Lit. del Seol.
  4. 9:6 excelso palacio … cimiento. Palabras de difícil traducción.
  5. 9:7 Creta. Lit. Caftor.
  6. 9:11 casa. Lit. tienda.
  7. 9:14 Restauraré. Alt. Haré volver a los cautivos de.

Los saltamontes

Nuestro Dios me permitió ver los saltamontes que estaba por lanzar sobre los campos de Israel. Ya se había levantado la primera cosecha, la que pertenece al rey. Pero faltaba levantar la segunda cosecha, la que es para el pueblo. Cuando vi que los saltamontes se estaban comiendo hasta la hierba, le rogué a Dios:

—¡Perdona a tu pueblo, Dios mío! ¿Cómo vamos a sobrevivir, si somos un pueblo tan pequeño?

Entonces Dios sintió compasión de nosotros, y dijo:

—Está bien. No voy a mandar estos saltamontes contra ustedes.

El fuego

Nuestro Dios me permitió ver el fuego con que pensaba castigarnos. Ese fuego quemaría toda la tierra, y también lo más profundo del mar. Pero yo le rogué a Dios:

—¡No lo hagas, Dios mío! ¿Cómo vamos a sobrevivir, si somos un pueblo tan pequeño?

Entonces Dios sintió compasión de nosotros, y dijo:

—Está bien. Tampoco voy a mandar este fuego contra ustedes.

La plomada

Nuestro Dios también me permitió verlo cuando estaba junto a un muro, con una plomada de albañil en la mano. Me preguntó:

—¿Qué es lo que ves, Amós?

Yo le respondí:

—Veo una plomada de albañil.

Entonces Dios me dijo:

—Con esta plomada voy a ver si mi pueblo se comporta rectamente. Ya no voy a perdonarle un solo pecado más. Destruiré los pequeños templos donde los israelitas adoran a sus ídolos, y le declararé la guerra a la familia del rey Jeroboam.

Amós y Amasías

10 Un sacerdote de Betel, llamado Amasías, mandó a decirle a Jeroboam, rey de Israel:

«Amós anda haciendo planes en contra de Su Majestad. Como israelitas, no podemos dejar que siga haciéndolo. 11 Según él, Su Majestad morirá en el campo de batalla, y los israelitas serán llevados presos a otro país».

12 Amasías habló también conmigo, y me dijo:

—Óyeme tú, que dices que has visto lo que va a suceder: ¡largo de aquí! Mejor vete a Judá. Allá podrás ganarte la vida como profeta. 13 Deja ya de profetizar aquí en Betel, porque en esta ciudad está el templo más importante del reino, y aquí es donde el rey viene a adorar.

14 Yo le respondí:

—Pues fíjate que no soy ningún profeta, ni tampoco mi padre lo fue. Me gano la vida cuidando ganado y cosechando higos silvestres. 15 Si ahora profetizo, es porque Dios mismo me pidió que dejara de cuidar el ganado, y me mandó a anunciarle este mensaje a su pueblo Israel.

16-17 »Tú dices que yo no debo profetizar contra los israelitas, porque son descendientes de Isaac. Ahora escúchame tú lo que Dios me manda a decirte:

“En esta misma ciudad,
tu mujer se volverá prostituta,
y tus hijos y tus hijas
morirán atravesados por la espada.
Otros se quedarán con tus tierras,
tú morirás lejos de tu patria,
y los israelitas serán llevados
a un país muy lejano”.

La canasta con fruta

Nuestro Dios también me permitió ver una canasta, en la que había fruta madura. Entonces me preguntó:

—¿Qué es lo que ves, Amós?

Yo le respondí:

—Veo una canasta llena de fruta madura.

Entonces Dios me dijo:

—Israel está lleno de maldad. Ya no volveré a perdonar sus pecados. Está cerca el día en que convertiré los himnos del templo en tristes lamentos por los muertos. Ese día habrá tantos cadáveres que los arrojarán en cualquier parte. ¡Será mejor que se callen! Yo, el Dios de Israel, les juro que así es.

»Escúchenme bien:
Ustedes humillan a los pobres
y están acabando con ellos.
Para vender más caro el trigo
ustedes se la pasan deseando
que pronto termine el día sábado
y que pase la fiesta de fin de mes.
Sólo piensan en engañar a sus clientes,
usando pesas y medidas falsas.
Quieren venderlo todo,
¡hasta la cáscara del trigo!
Quieren hacer esclavos a los pobres
a cambio de unas monedas
o por el precio de unas sandalias.

»Pero yo soy el Dios de Israel,
y les juro que nunca olvidaré
sus malas acciones.
Por causa de todo esto,
la tierra misma temblará;
subirá como el agua del río Nilo,
y luego se hundirá por completo,
haciendo llorar a sus habitantes.

»Yo soy el Dios de Israel,
y les aseguro que ese día
el sol dejará de brillar;
el mediodía se convertirá en noche,
y toda la tierra quedará a oscuras.
10 Convertiré sus fiestas en velorios,
y sus canciones en tristes lamentos;
todos ustedes andarán de luto
y se raparán la cabeza;
andarán tristes y llenos de amargura,
como si hubiera muerto su único hijo.

11 »Yo soy el Dios de Israel,
y les aseguro que vienen días
en que haré que sientan hambre;
tendrán hambre, pero no de pan,
tendrán sed, pero no de agua;
¡tendrán hambre de oír mi palabra!
12 Andarán de este a oeste,
y de norte a sur,
con deseos de oír mi palabra,
pero yo no les hablaré.

13 »Cuando llegue ese día,
aun las muchachas más sanas
y los jóvenes más fuertes
se desmayarán de sed.
14 Además, caerán sin vida
los que adoraban a los ídolos
de Samaria, de Dan y de Beerseba.
Juraban en nombre de esos dioses,
creyendo que eran dioses vivos,
por eso no volverán a levantarse.»

Dios juzgará a su pueblo

Después de eso vi a Dios. Estaba de pie, junto al altar, y me dijo:

«Golpea la parte alta
de las columnas del templo,
para que el templo se derrumbe
y caiga sobre la gente.
¡Nadie escapará con vida!
Pero si alguno logra escapar,
morirá en el campo de batalla.

»No importa que se escondan
en lo más profundo de la tierra:
de allí los voy a sacar;
no importa que se escondan
en lo más alto del cielo:
de allí los voy a bajar.
Tal vez se escondan
en lo más alto del monte Carmelo,
pero yo mismo iré a buscarlos
y de allí los voy a sacar.
Tal vez se escondan de mi vista
en lo más profundo del mar,
pero yo mandaré una serpiente
para que los muerda.
Y si acaso sus enemigos
los llevan presos a otro país,
aun allí daré la orden:
“¡Que los maten a filo de espada!”
Voy a estar pendiente de ellos,
pero no para hacerles bien
sino para hacerles mal.»

El gran poder de Dios

Y yo les digo:

¡Nuestro Dios es todopoderoso!
Toca la tierra,
y ésta se desmorona;
la hace subir y bajar
como al agua del río Nilo,
haciendo llorar a sus habitantes.

Dios hizo su casa en el cielo,
pero puso las bases en la tierra.
Dios llama a las aguas del océano,
y las derrama sobre la tierra.
¡Nuestro Dios es todopoderoso!

Israel será castigado

Nuestro Dios ha dicho:

«Para mí, ustedes los israelitas
no son diferentes a otros pueblos:
a ustedes los saqué de Egipto,
a los filisteos los saqué de Creta,
y a los arameos los saqué de Quir.
Yo he visto que ustedes
también son un pueblo pecador;
¡por eso los borraré del mapa!
Pero salvaré a los descendientes de Jacob.
Yo soy el Dios de Israel,
y les juro que así lo haré.

»Pueblo de Israel,
ahora mismo daré la orden
de que ustedes sean sacudidos,
como se sacude el trigo
para limpiarlo de basura,
sin dejar caer un solo grano.
10 Todos ustedes piensan
que nada malo les pasará,
pero al final sus pecados
les causarán la muerte.

Dios reconstruirá a Israel

11 »Cuando llegue ese día,
haré que los descendientes de David,
vuelvan a reinar sobre Israel.
Volverán a ser fuertes como antes.
12 Así, lo que quede de Edom
y de las otras naciones
volverá a ser de Israel,
el pueblo que alaba mi nombre.
Yo soy el Dios de Israel,
y les juro que así será.

13 »Ya está cerca el día
en que tendrán abundantes cosechas.
No habrán terminado de cosechar el trigo
cuando tendrán que volver a sembrar;
no habrán acabado de preparar el vino
cuando tendrán que plantar más viñas.

»¡En los cerros y en las colinas
correrá el vino como un río!

14 »Pueblo de Israel,
cuando llegue ese día,
los haré volver a su país.
Entonces reconstruirán sus ciudades
y volverán a habitarlas;
plantarán viñedos y beberán su vino,
sembrarán huertos y comerán sus frutos.
15 Yo mismo los plantaré en su tierra,
y nadie volverá a arrancarlos
de la tierra que les di.
Yo soy su Dios,
y les juro que así lo haré.»

Visiones de la langosta, del fuego y de la plomada

Esto [a] me mostró el Señor Dios[b]: He aquí, Él formaba enjambre de langostas(A) cuando comenzaba a brotar[c] la cosecha de primavera. Y he aquí, la cosecha de primavera era después de la siega[d] del rey. Y sucedió que cuando habían terminado de devorar la hierba de la tierra(B), yo dije:

Señor Dios, perdona, te ruego(C).
¿Cómo[e] podrá resistir Jacob
si es tan pequeño(D)?
Se apiadó el Señor(E) de esto:
No sucederá —dijo el Señor.

Esto me mostró el Señor Dios: he aquí, el Señor Dios llamaba para juzgarlos con fuego, y consumió el gran abismo y empezó a consumir el campo[f](F).

Entonces dije:
Señor Dios, cesa, te ruego(G).
¿Cómo[g] podrá resistir Jacob
si es tan pequeño(H)?
Se apiadó el Señor(I) de esto:
Esto tampoco sucederá —dijo el Señor Dios.

Esto Él me mostró: He aquí, el Señor estaba junto a[h] un muro hecho a plomo, y tenía en su mano una plomada. Y el Señor me dijo: ¿Qué ves, Amós(J)? Y respondí: Una plomada. Entonces el Señor dijo:

He aquí, pondré una plomada
en medio de mi pueblo Israel(K).
Ya no volveré a dejarlos sin castigo[i](L).
Los lugares altos de Isaac(M) serán asolados(N)
y los santuarios de Israel destruidos(O);
y yo me levantaré con espada contra la casa de Jeroboam(P).

Amós acusado por Amasías

10 Entonces Amasías, sacerdote de Betel(Q), envió palabra a Jeroboam, rey de Israel(R), diciendo: Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; la tierra ya no puede soportar todas sus palabras(S). 11 Porque así dice Amós: «Jeroboam morirá a espada y ciertamente Israel saldrá en cautiverio de su tierra». 12 Y Amasías dijo a Amós: Vete, vidente, huye(T) a la tierra de Judá, come allí pan y allí profetiza; 13 pero en Betel no vuelvas a profetizar más(U), porque es santuario del rey(V) y residencia[j] real.

14 Entonces respondió Amós y dijo a Amasías: Yo no soy profeta, ni hijo de profeta(W), sino que soy boyero y cultivador[k] de sicómoros. 15 Pero el Señor me tomó cuando pastoreaba el[l] rebaño, y[m] me dijo: Ve, profetiza a mi pueblo Israel(X). 16 Ahora pues, escucha la palabra del Señor: Tú dices: «No profetices(Y) contra Israel ni hables[n] contra(Z) la casa de Isaac». 17 Por tanto, así dice el Señor: «Tu mujer se prostituirá(AA) en la ciudad, tus hijos y tus hijas caerán a espada(AB), tu tierra será repartida a cordel, y tú morirás en una tierra inmunda(AC). Y ciertamente Israel saldrá de su tierra en cautiverio».

Los inevitables juicios de Dios

Esto [o] me mostró el Señor Dios[p]: He aquí, había una canasta de fruta de verano, y Él dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Una canasta de fruta(AD) de verano. Entonces el Señor me dijo: Ha llegado el fin(AE) para mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo[q](AF). Los cantos(AG) del palacio se convertirán en gemido[r](AH) en aquel día —declara el Señor Dios. Muchos serán los cadáveres; en todo lugar los echarán fuera[s] en silencio[t](AI).

Oíd esto, los que pisoteáis[u] a los menesterosos, y queréis exterminar a los pobres de la tierra(AJ), diciendo:

¿Cuándo pasará la luna nueva(AK)
para vender el grano,
y el día de reposo(AL) para abrir el mercado de trigo,
achicar el efa[v], aumentar el siclo[w]
y engañar con balanzas falsas[x](AM);
para comprar por dinero a los desvalidos
y a los pobres por un par de sandalias(AN),
y vender los desechos del trigo?

El Señor ha jurado(AO) por el orgullo de Jacob(AP):
Ciertamente, nunca me olvidaré de ninguna de sus obras(AQ).
¿No temblará por esto la tierra(AR),
y hará duelo todo aquel que habita en ella(AS)?
Subirá toda ella como el Nilo(AT),
se agitará
y menguará como el Nilo de Egipto.
Y sucederá que en aquel día —declara el Señor Dios
yo haré que el sol se ponga al mediodía
y que la tierra en pleno día[y] se oscurezca(AU).
10 Entonces cambiaré vuestras fiestas en llanto(AV)
y todos vuestros cantos en lamento[z];
pondré cilicio sobre todo lomo
y calvicie sobre toda cabeza(AW);
haré que sea como duelo por hijo único,
y su fin, como día de amargura(AX).

11 He aquí, vienen días —declara el Señor Dios
en que enviaré hambre sobre la tierra,
no hambre de pan, ni sed de agua,
sino de oír las palabras del Señor(AY).
12 Y vagarán de mar a mar,
y del norte hasta el oriente;
andarán de aquí para allá en busca de la palabra del Señor,
pero no la encontrarán(AZ).
13 En aquel día las doncellas hermosas
y los jóvenes(BA) desfallecerán de sed(BB).
14 Los que juran por el pecado[aa] de Samaria(BC),
y dicen: «Viva tu dios, oh Dan(BD)»,
y «Viva el camino de Beerseba(BE)»,
caerán y nunca más se levantarán(BF).

Vi al Señor de pie junto al altar(BG), y me dijo:

Golpea los capiteles y que se estremezcan los umbrales(BH),
y rómpelos sobre la cabeza de todos(BI).
Entonces mataré a espada al resto de ellos(BJ);
no habrá entre ellos fugitivo que huya(BK),
ni refugiado de ellos que escape.
Aunque caven hasta el Seol[ab](BL),
de allí los tomará mi mano;
y aunque suban al cielo,
de allí los haré bajar(BM).
Aunque se escondan en la cumbre del Carmelo,
allí[ac] los buscaré y los tomaré(BN);
aunque se oculten de[ad] mis ojos en el fondo del mar(BO),
allí[ae] ordenaré a la serpiente que los muerda(BP).
Aunque vayan al cautiverio delante de sus enemigos,
allí[af] ordenaré a la espada que los mate(BQ),
y pondré sobre ellos mis ojos para mal y no para bien(BR).

El Señor, Dios[ag] de los ejércitos:
el que toca la tierra(BS), y esta se derrite(BT),
y se lamentan todos los que en ella habitan,
sube toda ella como el Nilo(BU)
y mengua como el Nilo de Egipto;
el que edifica en los cielos sus altos aposentos[ah](BV),
y sobre la tierra ha establecido su bóveda;
el que llama a las aguas del mar
y las derrama sobre la faz de la tierra(BW):
el Señor es su nombre(BX).

¿No sois vosotros para mí como hijos de Etiopía[ai](BY),
oh hijos de Israel? —declara el Señor.
¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto(BZ)
y a los filisteos de Caftor(CA) y a los arameos de Kir(CB)?
He aquí, los ojos del Señor Dios están sobre el reino pecador(CC),
y yo lo destruiré de sobre la faz de la tierra(CD);
sin embargo, no destruiré totalmente a la casa de Jacob(CE) —declara el Señor.
Porque he aquí, yo daré un mandato,
y zarandearé a la casa de Israel entre todas las naciones,
como se zarandea el grano en la criba(CF),
sin que caiga ni un grano[aj] en tierra.
10 A espada morirán todos los pecadores de mi pueblo(CG),
los que dicen: «No nos alcanzará ni se nos acercará la desgracia(CH)».

Restauración del pueblo de Dios

11 En aquel día levantaré el tabernáculo[ak] caído de David(CI),
repararé sus brechas(CJ),
levantaré sus ruinas,
y lo reedificaré como en tiempo pasado(CK),
12 para que tomen posesión(CL) del remanente de Edom(CM)
y de todas las naciones[al] donde se invoca mi nombre(CN)
—declara el Señor, que hace esto.

13 He aquí, vienen días —declara el Señor
cuando el arador alcanzará al segador,
y el que pisa la uva al que siembra la semilla(CO);
cuando destilarán vino dulce los montes(CP),
y todas las colinas se derretirán.
14 Restauraré el bienestar[am] de mi pueblo Israel(CQ),
y ellos reedificarán las ciudades asoladas(CR) y habitarán en ellas(CS);
también plantarán viñas(CT) y beberán su vino,
y cultivarán[an] huertos y comerán sus frutos.
15 Los plantaré en su tierra,
y no serán arrancados jamás de la tierra
que les he dado(CU)
—dice el Señor tu Dios.

Notas al pie

  1. Amós 7:1 Lit., Así, también en los vers. 4 y 7
  2. Amós 7:1 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor; y así en el resto del cap.
  3. Amós 7:1 Lit., al principio del retoño de
  4. Amós 7:1 O, del esquileo
  5. Amós 7:2 Lit., ¿A quién
  6. Amós 7:4 Lit., la porción
  7. Amós 7:5 Lit., ¿A quién
  8. Amós 7:7 O, sobre
  9. Amós 7:8 Lit., a pasarlo por alto
  10. Amós 7:13 Lit., casa
  11. Amós 7:14 O, recogedor
  12. Amós 7:15 Lit., de detrás del
  13. Amós 7:15 Lit., y el Señor
  14. Amós 7:16 Lit., destiles
  15. Amós 8:1 Lit., Así
  16. Amós 8:1 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y así en el resto del cap.
  17. Amós 8:2 Lit., a pasarlo por alto
  18. Amós 8:3 O, Gemirán las cantoras del palacio
  19. Amós 8:3 Lit., ha echado fuera
  20. Amós 8:3 O, ¡Silencio!
  21. Amós 8:4 O, acosáis
  22. Amós 8:5 Un efa equivale aprox. a 22 litros
  23. Amós 8:5 Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos de plata
  24. Amós 8:5 Lit., de engaño
  25. Amós 8:9 Lit., en un día de luz
  26. Amós 8:10 O, elegía
  27. Amós 8:14 O, la culpa; heb., Ashimah
  28. Amós 9:2 I.e., región de los muertos
  29. Amós 9:3 Lit., de allí
  30. Amós 9:3 Lit., de delante de
  31. Amós 9:3 Lit., de allí
  32. Amós 9:4 Lit., de allí
  33. Amós 9:5 Heb., YHWH, generalmente traducido Señor; y así en el resto del cap.
  34. Amós 9:6 O, su escalera
  35. Amós 9:7 Heb., Cush
  36. Amós 9:9 O, guijarro
  37. Amós 9:11 O, refugio
  38. Amós 9:12 O, gentiles
  39. Amós 9:14 O, Haré volver a los cautivos
  40. Amós 9:14 Lit., harán