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David y Betsabé

11 En cierta ocasión, durante la primavera, que es cuando los reyes acostumbran salir a campaña, David envió a Joab y a sus oficiales, con todo el ejército israelita, y destruyeron a los amonitas y sitiaron la ciudad de Rabá. David, sin embargo, se quedó en Jerusalén.

2-4 Una tarde, al levantarse David de su cama y pasearse por la azotea del palacio real, vio desde allí a una mujer muy hermosa que se estaba bañando. Esta mujer estaba apenas purificándose de su período de menstruación. David mandó que averiguaran quién era ella, y le dijeron que era Betsabé, hija de Eliam y esposa de Urías el hitita. David ordenó entonces a unos mensajeros que se la trajeran, y se acostó con ella, después de lo cual ella volvió a su casa.

La mujer quedó embarazada, y así se lo hizo saber a David. Entonces David ordenó a Joab que mandara traer a Urías el hitita, y así lo hizo Joab. Y cuando Urías se presentó ante David, éste le preguntó cómo estaban Joab y el ejército, y qué noticias había de la guerra. Después le ordenó que se fuera a su casa y se lavara los pies.

En cuanto Urías salió del palacio real, el rey le envió comida especial como regalo; pero Urías, en lugar de ir a su casa, pasó la noche a las puertas del palacio, con los soldados de la guardia real. 10 Cuando le contaron a David que Urías no había ido a su casa, David le preguntó:

—¿Por qué no fuiste a tu casa, después del viaje que has hecho?

11 Y Urías le respondió:

—Tanto el arca sagrada como los soldados de Israel y de Judá tienen como techo simples enramadas; igualmente Joab, mi jefe, y los oficiales de Su Majestad, duermen a campo abierto; ¿y yo habría de entrar en mi casa para comer y beber y acostarme con mi mujer? ¡Por vida de Su Majestad que yo no haré tal cosa!

12 Pero David le ordenó:

—Quédate hoy todavía, y mañana dejaré que te vayas.

Y así Urías se quedó en Jerusalén hasta el día siguiente. 13 David lo invitó a comer y beber con él, y lo emborrachó. Ya por la noche, Urías salió y se fue a dormir con los soldados de la guardia real, pero no fue a su casa.

14 A la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab, y la envió por medio de Urías. 15 En la carta decía: «Pongan a Urías en las primeras líneas, donde sea más dura la batalla, y luego déjenlo solo para que caiga herido y muera.»

16 Así pues, cuando Joab rodeó la ciudad para atacarla, puso a Urías en el lugar donde él sabía que estaban los soldados más valientes, 17 y en un momento en que los que defendían la ciudad salieron para luchar contra Joab, cayeron en combate algunos de los oficiales de David, entre los cuales se encontraba Urías.

18 Joab envió a David un informe detallado de la batalla, 19 y le dio al mensajero las siguientes instrucciones: «Cuando acabes de informar al rey de todo lo relacionado con la batalla, 20 puede ser que el rey se enoje y te pregunte: “¿Por qué se acercaron tanto al atacar la ciudad? ¿Acaso no saben que ellos lanzan objetos desde la muralla, 21 igual que cuando en Tebés una mujer mató a Abimélec, el hijo de Jerubaal, arrojándole desde la muralla una piedra de molino? ¿Por qué, pues, se acercaron tanto a la muralla?” Entonces tú le contestarás: “También ha muerto Urías el hitita, oficial de Su Majestad.”»

22 El mensajero se fue, y al llegar contó a David todo lo que Joab le había ordenado. David, en efecto, se enojó mucho contra Joab, y le dijo al mensajero:

—¿Por qué se acercaron tanto al atacar la ciudad? ¿Acaso no saben que ellos lanzan objetos desde la muralla, igual que cuando en Tebés una mujer mató a Abimélec, el hijo de Jerubaal, arrojándole desde la muralla una piedra de molino? ¿Por qué, pues, se acercaron tanto a la muralla?

23 Entonces el mensajero le respondió:

—Los soldados que salieron a luchar contra nosotros a campo abierto nos llevaban ventaja, pero los hicimos retroceder hasta la entrada de la ciudad. 24 Fue entonces cuando los arqueros dispararon sus flechas desde la muralla contra las tropas de Su Majestad, y murieron algunos de los oficiales, entre ellos Urías el hitita.

25 Entonces David respondió al mensajero:

—Dile a Joab que no se preocupe demasiado por esto, pues son cosas de la guerra. Pero que ataque la ciudad con más brío, hasta destruirla. Y tú dale ánimo.

26 Cuando la mujer de Urías supo que su marido había muerto, guardó luto por él; 27 pero después que pasó el luto, David mandó que la trajeran y la recibió en su palacio, la hizo su mujer y ella le dio un hijo. Pero al Señor no le agradó lo que David había hecho.

Natán reprende a David

12 El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Cuando Natán se presentó ante él, le dijo:

—En una ciudad había dos hombres. Uno era rico y el otro pobre. El rico tenía gran cantidad de ovejas y vacas, pero el pobre no tenía más que una ovejita que había comprado. Y él mismo la crió, y la ovejita creció en compañía suya y de sus hijos; comía de su misma comida, bebía en su mismo vaso y dormía en su pecho. ¡Aquel hombre la quería como a una hija! Un día, un viajero llegó a visitar al hombre rico; pero éste no quiso tomar ninguna de sus ovejas o vacas para preparar comida a su visitante, sino que le quitó al hombre pobre su ovejita y la preparó para dársela al que había llegado.

David se enfureció mucho contra aquel hombre, y le dijo a Natán:

—¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte! ¡Y debe pagar cuatro veces el valor de la ovejita, porque actuó sin mostrar ninguna compasión!

Entonces Natán le dijo:

—¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: “Yo te escogí como rey de Israel, y te libré del poder de Saúl; te di el palacio y las mujeres de tu señor, y aun el reino de Israel y Judá. Por si esto fuera poco, te habría añadido muchas cosas más. ¿Por qué despreciaste mi palabra, e hiciste lo que no me agrada? Has asesinado a Urías el hitita, usando a los amonitas para matarlo, y te has apoderado de su mujer. 10 Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia. 11 Yo, el Señor, declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y se las entregaré a uno de tu familia, el cual se acostará con ellas a plena luz del sol. 12 Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.”

13 David admitió ante Natán:

—He pecado contra el Señor.

Y Natán le respondió:

—El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás. 14 Pero como has ofendido gravemente al Señor, tu hijo recién nacido tendrá que morir.

15 Y cuando Natán volvió a su casa, el Señor hizo que el niño que David había tenido con la mujer de Urías se enfermara gravemente. 16 Entonces David rogó a Dios por el niño, y ayunó y se pasó las noches acostado en el suelo. 17 Los ancianos que vivían en su palacio iban a rogarle que se levantara del suelo, pero él se negaba a hacerlo, y tampoco comía con ellos.

18 Siete días después murió el niño, y los oficiales de David tenían miedo de decírselo, pues pensaban: «Si cuando el niño aún vivía, le hablábamos y no nos hacía caso, ¿cómo vamos ahora a decirle que el niño ha muerto? ¡Puede cometer una barbaridad!»

19 Pero al ver David que sus oficiales hacían comentarios entre sí, comprendió que el niño había muerto; así que les preguntó:

—¿Ha muerto el niño?

—Sí, ya ha muerto —respondieron ellos.

20 Entonces David se levantó del suelo, se bañó, se perfumó y se cambió de ropa, y entró en el templo para adorar al Señor. Después fue a su casa, y pidió de comer y comió. 21 Entonces sus oficiales le preguntaron:

—¿Pero qué está haciendo Su Majestad? Cuando el niño aún vivía, Su Majestad ayunaba y lloraba por él; y ahora que el niño ha muerto, ¡Su Majestad se levanta y se pone a comer!

22 David respondió:

—Cuando el niño vivía, yo ayunaba y lloraba pensando que quizá el Señor tendría compasión de mí y lo dejaría vivir. 23 Pero ahora que ha muerto, ¿qué objeto tiene que yo ayune, si no puedo hacer que vuelva a la vida? ¡Yo iré a reunirme con él, pero él no volverá a reunirse conmigo!

Nacimiento de Salomón

24 Después David consoló a Betsabé, su mujer. Fue a visitarla y se unió a ella, y ella dio a luz un hijo al que David llamó Salomón. El Señor amó a este niño, 25 y así se lo hizo saber a David por medio del profeta Natán. David entonces, en atención al Señor, llamó al niño Jedidías.

David conquista Rabá(A)

26 Mientras tanto, Joab lanzó un ataque contra la ciudad amonita de Rabá, y cuando ya estaba a punto de capturar la ciudad real, 27 envió a David el siguiente mensaje: «He estado atacando Rabá, y ya he capturado la ciudadela que protegía el abastecimiento de agua. 28 Por lo tanto reúna ahora Su Majestad el resto de las tropas, y ataque la ciudad y captúrela, para que no sea yo quien lo haga y le pongan mi nombre.»

29 Entonces David reunió todas sus tropas y marchó contra Rabá, la atacó y la capturó. 30 Después tomó de la cabeza de su rey la corona de oro, que tenía piedras preciosas y pesaba treinta y tres kilos, y se la pusieron a David. También sacó David de la ciudad muchísimas cosas de valor, 31 y a la gente que aún quedaba en la ciudad la sacó de allí y la puso a trabajar con sierras y con trillos y hachas de hierro, así como en los hornos de ladrillo. Lo mismo hizo con todas las ciudades amonitas, y después regresó con todas sus tropas a Jerusalén.

David y Betsabé

11 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.(A)

Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquella es Betsabé hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella. Luego ella se purificó de su inmundicia, y se volvió a su casa. Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Estoy encinta.

Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías heteo. Y Joab envió a Urías a David. Cuando Urías vino a él, David le preguntó por la salud de Joab, y por la salud del pueblo, y por el estado de la guerra. Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies. Y saliendo Urías de la casa del rey, le fue enviado presente de la mesa real. Mas Urías durmió a la puerta de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no descendió a su casa. 10 E hicieron saber esto a David, diciendo: Urías no ha descendido a su casa. Y dijo David a Urías: ¿No has venido de camino? ¿Por qué, pues, no descendiste a tu casa? 11 Y Urías respondió a David: El arca e Israel y Judá están bajo tiendas, y mi señor Joab, y los siervos de mi señor, en el campo; ¿y había yo de entrar en mi casa para comer y beber, y a dormir con mi mujer? Por vida tuya, y por vida de tu alma, que yo no haré tal cosa. 12 Y David dijo a Urías: Quédate aquí aún hoy, y mañana te despacharé. Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente. 13 Y David lo convidó a comer y a beber con él, hasta embriagarlo. Y él salió a la tarde a dormir en su cama con los siervos de su señor; mas no descendió a su casa.

14 Venida la mañana, escribió David a Joab una carta, la cual envió por mano de Urías. 15 Y escribió en la carta, diciendo: Poned a Urías al frente, en lo más recio de la batalla, y retiraos de él, para que sea herido y muera. 16 Así fue que cuando Joab sitió la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que estaban los hombres más valientes. 17 Y saliendo luego los de la ciudad, pelearon contra Joab, y cayeron algunos del ejército de los siervos de David; y murió también Urías heteo. 18 Entonces envió Joab e hizo saber a David todos los asuntos de la guerra. 19 Y mandó al mensajero, diciendo: Cuando acabes de contar al rey todos los asuntos de la guerra, 20 si el rey comenzare a enojarse, y te dijere: ¿Por qué os acercasteis demasiado a la ciudad para combatir? ¿No sabíais lo que suelen arrojar desde el muro? 21 ¿Quién hirió a Abimelec hijo de Jerobaal? ¿No echó una mujer del muro un pedazo de una rueda de molino, y murió en Tebes?(B) ¿Por qué os acercasteis tanto al muro? Entonces tú le dirás: También tu siervo Urías heteo es muerto.

22 Fue el mensajero, y llegando, contó a David todo aquello a que Joab le había enviado. 23 Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los hombres que salieron contra nosotros al campo, bien que nosotros les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta; 24 pero los flecheros tiraron contra tus siervos desde el muro, y murieron algunos de los siervos del rey; y murió también tu siervo Urías heteo. 25 Y David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: No tengas pesar por esto, porque la espada consume, ora a uno, ora a otro; refuerza tu ataque contra la ciudad, hasta que la rindas. Y tú aliéntale.

26 Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías era muerto, hizo duelo por su marido. 27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Mas esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Jehová.

Natán amonesta a David

12 Jehová envió a Natán a David;(C) y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y este no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él. Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia.

Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. 10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. 11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. 12 Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.(D) 13 Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. 14 Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. 15 Y Natán se volvió a su casa.

Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. 16 Entonces David rogó a Dios por el niño; y ayunó David, y entró, y pasó la noche acostado en tierra. 17 Y se levantaron los ancianos de su casa, y fueron a él para hacerlo levantar de la tierra; mas él no quiso, ni comió con ellos pan. 18 Y al séptimo día murió el niño; y temían los siervos de David hacerle saber que el niño había muerto, diciendo entre sí: Cuando el niño aún vivía, le hablábamos, y no quería oír nuestra voz; ¿cuánto más se afligirá si le decimos que el niño ha muerto? 19 Mas David, viendo a sus siervos hablar entre sí, entendió que el niño había muerto; por lo que dijo David a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. 20 Entonces David se levantó de la tierra, y se lavó y se ungió, y cambió sus ropas, y entró a la casa de Jehová, y adoró. Después vino a su casa, y pidió, y le pusieron pan, y comió. 21 Y le dijeron sus siervos: ¿Qué es esto que has hecho? Por el niño, viviendo aún, ayunabas y llorabas; y muerto él, te levantaste y comiste pan. 22 Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? 23 Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.

24 Y consoló David a Betsabé su mujer, y llegándose a ella durmió con ella; y ella le dio a luz un hijo, y llamó su nombre Salomón, al cual amó Jehová, 25 y envió un mensaje por medio de Natán profeta; así llamó su nombre Jedidías,[a] a causa de Jehová.

David captura Rabá

(1 Cr. 20.1-3)

26 Joab peleaba contra Rabá de los hijos de Amón, y tomó la ciudad real. 27 Entonces envió Joab mensajeros a David, diciendo: Yo he puesto sitio a Rabá, y he tomado la ciudad de las aguas. 28 Reúne, pues, ahora al pueblo que queda, y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada de mi nombre. 29 Y juntando David a todo el pueblo, fue contra Rabá, y combatió contra ella, y la tomó. 30 Y quitó la corona de la cabeza de su rey, la cual pesaba un talento de oro, y tenía piedras preciosas; y fue puesta sobre la cabeza de David. Y sacó muy grande botín de la ciudad. 31 Sacó además a la gente que estaba en ella, y los puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y hachas de hierro, y además los hizo trabajar en los hornos de ladrillos; y lo mismo hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón. Y volvió David con todo el pueblo a Jerusalén.

Notas al pie

  1. 2 Samuel 12:25 Esto es, Amado de Jehová.

David y Betsabé

11 En la primavera, que era la época en que los reyes[a] salían de campaña, David mandó a Joab con la guardia real y todo el ejército de Israel para que aniquilara a los amonitas y sitiara la ciudad de Rabá. Pero David se quedó en Jerusalén.

Una tarde, al levantarse David de la cama, comenzó a pasearse por la azotea del palacio y desde allí vio a una mujer que se estaba bañando. La mujer era sumamente hermosa, por lo que David mandó que averiguaran quién era y le informaron: «Se trata de Betsabé, que es hija de Elián y esposa de Urías el hitita». Entonces David ordenó que la llevaran a su presencia y, cuando Betsabé llegó, él se acostó con ella. Después de eso, ella volvió a su casa. Hacía poco que Betsabé se había purificado de su menstruación,[b] así que quedó embarazada y se lo hizo saber a David.

Entonces David envió este mensaje a Joab: «Mándame aquí a Urías el hitita». Y Joab así lo hizo. Cuando Urías llegó, David preguntó cómo estaban Joab y los soldados, y cómo iba la campaña. Luego dijo: «Vete a tu casa y lávate los pies».[c] Tan pronto como salió del palacio, Urías recibió un regalo de parte del rey, pero en vez de irse a su propia casa, se acostó a la entrada del palacio, donde dormía la guardia real.

10 David se enteró de que Urías no había ido a su casa, así que preguntó:

—Has hecho un viaje largo, ¿por qué no fuiste a tu casa?

11 —En este momento —respondió Urías—, tanto el arca como los hombres de Israel y de Judá se guarecen en simples enramadas, y mi señor Joab y sus oficiales acampan al aire libre, ¿y yo voy a entrar en mi casa para darme un banquete y acostarme con mi esposa? ¡Tan cierto como que usted vive, yo no puedo hacer tal cosa!

12 —Bueno, entonces quédate hoy aquí y mañana te enviaré de regreso —respondió David.

Urías se quedó ese día en Jerusalén. Pero al día siguiente 13 David lo invitó a un banquete y logró emborracharlo. A pesar de eso, Urías no fue a su casa, sino que volvió a pasar la noche donde dormía la guardia real.

14 A la mañana siguiente, David escribió una carta a Joab y se la envió por medio de Urías. 15 La carta decía: «Pongan a Urías al frente de la batalla, donde la lucha sea más dura. Luego déjenlo solo para que lo hieran y lo maten».

16 Por tanto, cuando Joab ya había sitiado la ciudad, puso a Urías donde sabía que estaban los defensores más aguerridos. 17 Los de la ciudad salieron para enfrentarse a Joab, y entre los oficiales de David que cayeron en batalla también perdió la vida Urías el hitita.

18 Entonces Joab envió a David un informe con todos los detalles del combate 19 y dio esta orden al mensajero: «Cuando hayas terminado de contarle al rey todos los pormenores del combate, 20 tal vez se enoje y te pregunte: “¿Por qué se acercaron tanto a la ciudad para atacarla? ¿Acaso no sabían que les dispararían desde la muralla? 21 ¿Quién mató a Abimélec, hijo de Yerubéset?[d] ¿No fue acaso una mujer la que arrojó una piedra de molino desde la muralla de Tebes y lo mató? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla?”. Pues, si te hace estas preguntas, respóndele: “También ha muerto Urías el hitita, su siervo”».

22 El mensajero partió y al llegar contó a David todo lo que Joab había mandado decir.

23 —Los soldados enemigos nos estaban venciendo —dijo el mensajero—, pero cuando nos atacaron a campo abierto pudimos rechazarlos hasta la entrada de la ciudad. 24 Entonces los arqueros dispararon desde la muralla a los soldados de Su Majestad, de modo que murieron varios de los nuestros. También ha muerto Urías el hitita, su siervo.

25 Entonces David dijo al mensajero:

—Dile a Joab de mi parte que no se aflija tanto por lo que ha pasado, pues la espada devora sin discriminar. Dile también que reanude el ataque contra la ciudad, hasta destruirla. Y anímalo.

26 Cuando Betsabé se enteró de que Urías, su esposo, había muerto, hizo duelo por él. 27 Después del luto, David mandó que se la llevaran al palacio y la tomó por esposa. Con el tiempo, ella le dio un hijo. Sin embargo, lo que David había hecho desagradó al Señor.

Natán reprende a David(A)

12 El Señor envió a Natán para que hablara con David. Cuando se presentó ante David, dijo:

—Dos hombres vivían en un pueblo. El uno era rico y el otro, pobre. El rico tenía muchísimas ovejas y vacas; en cambio, el pobre no tenía más que una sola ovejita que él mismo había comprado y criado. La ovejita creció con él y con sus hijos: comía de su plato, bebía de su vaso y dormía en su regazo. Era para ese hombre como su propia hija. Pero sucedió que un viajero llegó de visita a casa del hombre rico y, como este no quería matar ninguna de sus propias ovejas o vacas para darle de comer al huésped, le quitó al hombre pobre su única ovejita.

Tan grande fue el enojo de David contra aquel hombre, que respondió a Natán:

—¡Tan cierto como que el Señor vive, quien hizo esto merece la muerte! ¿Cómo pudo hacer algo tan ruin? ¡Ahora pagará cuatro veces el valor de la oveja!

Entonces Natán dijo a David:

—¡Tú eres ese hombre! Así dice el Señor, Dios de Israel: “Yo te ungí como rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. Te di el palacio de tu amo y puse sus mujeres en tus brazos. También te permití gobernar a Israel y a Judá. Y por si esto hubiera sido poco, te habría dado mucho más. ¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor haciendo lo que le desagrada? ¡Asesinaste a Urías el hitita para apoderarte de su esposa! ¡Lo mataste con la espada de los amonitas! 10 Por eso la espada jamás se apartará de tu familia, pues me despreciaste al tomar la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer”.

11 »Pues bien, así dice el Señor: “Yo haré que el desastre que mereces surja de tu propia familia, y ante tus propios ojos tomaré a tus mujeres y se las daré a otro, el cual se acostará con ellas en pleno día. 12 Lo que tú hiciste a escondidas, yo lo haré a plena luz, a la vista de todo Israel”».

13 —¡He pecado contra el Señor! —reconoció David ante Natán.

—El Señor ha perdonado ya tu pecado y no morirás —contestó Natán—. 14 Sin embargo, tu hijo sí morirá, pues con tus acciones has mostrado desprecio al[e] Señor.

15 Dicho esto, Natán volvió a su casa. Y el Señor hirió al hijo que la esposa de Urías había dado a David, de modo que el niño cayó gravemente enfermo. 16 David se puso a rogar a Dios por él; ayunaba y pasaba las noches tirado en el suelo. 17 Los oficiales de su corte iban a verlo y le rogaban que se levantara, pero él se resistía y aun se negaba a comer con ellos.

18 Siete días después, el niño murió. Los oficiales de David tenían miedo de darle la noticia, pues decían: «Si cuando el niño estaba vivo hablábamos al rey y no nos hacía caso, ¿qué locura no hará ahora si le decimos que el niño ha muerto?». 19 Pero David, al ver que sus oficiales estaban cuchicheando, se dio cuenta de lo que había pasado y preguntó:

—¿Ha muerto el niño?

—Sí, ya ha muerto —respondieron.

20 Entonces David se levantó del suelo y enseguida se bañó y se perfumó; luego se cambió de ropas y fue a la casa del Señor para adorar. Después regresó al palacio, pidió que le sirvieran alimentos y comió.

21 —¿Qué forma de actuar es esta? —preguntaron sus oficiales—. Cuando el niño estaba vivo, usted ayunaba y lloraba; pero ahora que se ha muerto, ¡usted se levanta y se pone a comer!

22 David respondió:

—Es verdad que cuando el niño estaba vivo yo ayunaba y lloraba, pues pensaba: “¿Quién sabe? Tal vez el Señor tenga compasión de mí y permita que el niño viva”. 23 Pero ahora que ha muerto, ¿qué razón tengo para ayunar? ¿Acaso puedo devolverle la vida? Yo iré adonde él está, aunque él ya no volverá a mí.

24 Luego David fue a consolar a su esposa y se unió a ella. Betsabé le dio un hijo, al que llamó Salomón. El Señor amó al niño 25 y mandó a decir por medio del profeta Natán que le pusieran por nombre Jedidías,[f] por disposición del Señor.

26 Mientras tanto, Joab había atacado la ciudad amonita de Rabá y capturado la fortaleza[g] real. 27 Entonces envió unos mensajeros a decirle a David: «Acabo de atacar a Rabá y he capturado los depósitos[h] de agua. 28 Ahora, pues, le pido a usted que movilice el resto de las tropas para sitiar y capturar la ciudad. Si no, lo haré yo mismo y le pondrán mi nombre».

29 Por tanto, David, movilizando todas las tropas, marchó contra Rabá, la atacó y la capturó. 30 Al rey de los amonitas[i] le quitó la corona de oro que tenía puesta, la cual pesaba un talento[j] y estaba adornada con piedras preciosas. Luego se la pusieron a David. Además, David saqueó la ciudad y se llevó un botín inmenso. 31 Expulsó de allí a sus habitantes y los puso a trabajar con sierras, picos y hachas de hierro, y también los forzó a trabajar en los hornos de ladrillos. Lo mismo hizo con todos los pueblos amonitas, después de lo cual regresó a Jerusalén con todas sus tropas.

Notas al pie

  1. 11:1 reyes (LXX, Vulgata y varios mss. hebreos); mensajeros (TM).
  2. 11:4 Hacía … menstruación. Es decir, no había quedado embarazada por Urías y era tiempo propicio para la concepción.
  3. 11:8 lávate los pies. Esta expresión podría referirse a tener relaciones sexuales con su esposa.
  4. 11:21 Yerubéset. Es decir, Yerubaal o Gedeón (véanse Jue 8:35; 9:1,53).
  5. 12:14 al. TM: a los enemigos del.
  6. 12:25 En hebreo, Jedidías significa amado por el Señor.
  7. 12:26 fortaleza. Lit. ciudad.
  8. 12:27 los depósitos. Lit. la ciudad.
  9. 12:30 al rey de los amonitas. Alt. a Milcón (es decir, el dios Moloc).
  10. 12:30 Es decir, aprox. 34 kg.

David, Betsabé y Natán

11 Llegó la primavera, que era cuando los reyes salían a la guerra. Ese año David envió a Joab y a los jefes de su ejército a pelear contra los amonitas, pero él se quedó en Jerusalén. Y Joab y todos sus hombres vencieron a los amonitas y conquistaron la ciudad de Rabá.

Una tarde, después de haber descansado un poco, David se levantó y comenzó a pasear por la azotea de su palacio. De pronto, vio que una mujer muy hermosa se estaba bañando. David mandó enseguida a uno de sus sirvientes a preguntar quién era ella. El sirviente volvió y le dijo que se llamaba Betsabé, hija de Eliam, y que estaba casada con un hitita llamado Urías.

Entonces David mandó a traerla, y cuando se la llevaron, tuvo relaciones sexuales con ella. Luego ella regresó a su casa, pues apenas había tenido su período de menstruación, y estaba cumpliendo con los ritos de purificación.

Betsabé quedó embarazada, así que mandó a decirle a David que iba a tener un hijo suyo.

Al oír esto, David le ordenó a Joab que le mandara a Urías el hitita, pues quería hablar con él.

Joab así lo hizo, y cuando Urías llegó, David le preguntó cómo estaban Joab y el ejército, y cómo iba la guerra. Luego le ordenó que fuera a descansar a su casa.

En cuanto Urías salió del palacio, el rey le envió de lo mejor de su comida y bebida. Pero Urías no fue a su casa, sino que se quedó a dormir a la entrada del palacio, junto con los soldados de la guardia personal del rey.

10 Al día siguiente le informaron a David que Urías no había dormido en su casa. Entonces David lo mandó llamar y le preguntó:

—¿Por qué no dormiste en tu casa?

11 Y Urías le contestó:

—Mal haría yo en ir a mi casa a comer, beber y tener relaciones sexuales con mi esposa, mientras el cofre del pacto de Dios y todo el ejército están en el campo de batalla. ¡Mal haría yo en dormir cómodamente en mi casa, mientras Joab y sus soldados duermen al aire libre! ¡Yo no puedo hacer algo así!

12-13 Entonces David le dijo a Urías:

—Quédate aquí por lo menos esta noche, y mañana volverás al campo de batalla.

Y enseguida lo invitó a comer y beber, hasta emborracharlo. David creía que así Urías se iría a su casa. Pero aunque Urías se quedó en Jerusalén hasta el día siguiente, tampoco esa noche durmió en su casa, sino que de nuevo se quedó con los soldados de la guardia personal del rey.

14-15 Por la mañana, David escribió una carta y se la dio a Urías, para que se la entregara a Joab. La carta decía: «Pon a Urías en el frente, donde la batalla sea más dura y peligrosa. Luego déjalo solo para que lo maten».

16 Joab así lo hizo: cuando ya había rodeado con su ejército la ciudad de Rabá, puso a Urías a pelear donde estaban los soldados enemigos más valientes. 17 Cuando esos soldados salieron a pelear contra los hombres de Joab, mataron a algunos de los soldados de David, y entre ellos a Urías.

18-19 Entonces Joab mandó un mensajero a darle la noticia a David. Le dijo:

«Cuando le cuentes al rey que algunos de sus hombres murieron en batalla, 20 seguramente se enojará y te dirá: “¿Por qué se acercaron tanto al muro de la ciudad? 21 ¿No saben que desde la muralla lanzan flechas? Acuérdense de Abimélec, el hijo de Jeroboset. Tanto se acercó al muro durante la batalla en Tebés, que una mujer le dejo caer una piedra de molino y lo mató”.

»Si te dice eso, tú le responderás: “También ha muerto Urías, el hitita que tan fielmente servía a Su Majestad”».

22 El mensajero se presentó ante David y al darle la noticia todo sucedió como Joab había dicho, 23 y entonces el mensajero le dijo:

—Los enemigos nos estaban ganando, y hasta salieron de la ciudad a pelear en el campo, pero los hicimos retroceder hasta el portón de la ciudad. 24 Desde el muro de la ciudad nos disparaban flechas, y algunos de nuestros mejores hombres cayeron muertos. Entre ellos también murió Urías, el hitita que tan fielmente servía a Su Majestad.

25 David le contestó:

—Dile a Joab que no se preocupe. En la guerra, cualquiera puede morir. Tú, anímalo y dile que siga atacando la ciudad hasta que la conquiste.

26 Cuando la mujer de Urías supo que su esposo había muerto, se puso muy triste. 27 Pero, luego de que ella guardó el luto acostumbrado, David mandó a llamarla y se casó con ella. Tiempo después, ella tuvo un hijo. Sin embargo, a Dios no le gustó lo que David había hecho.

Dios reprende a David

12 Entonces, Dios envió al profeta Natán para que le diera a David este mensaje:

«En cierta ciudad había dos hombres. Uno de ellos era rico, y el otro era pobre. El rico tenía muchas ovejas y muchas vacas; en cambio, el pobre sólo tenía una ovejita. La había comprado, y él mismo la había criado y cuidado como si fuera su propia hija. Tanto quería ese hombre a la ovejita que hasta le daba de comer de su mismo plato, y la dejaba recostarse y dormir en su pecho. Y así la ovejita fue creciendo junto con los hijos de ese hombre.

»Un día llegó un visitante a la casa del rico, y el rico lo invitó a comer. Pero como no quería matar ninguna de sus ovejas ni de sus vacas, le quitó al pobre su ovejita y la mató para darle de comer a su visitante».

5-6 Al oír esto, David se enojó muchísimo contra el hombre rico y le dijo a Natán:

—¿Pero cómo pudo hacer eso? ¡Ese hombre no tiene sentimientos! Te juro por Dios que ahora tendrá que pagarle al pobre cuatro veces más de lo que vale la ovejita. Y además, ¡merece la muerte!

7-8 Entonces Natán le dijo:

—¡Pues tú, David, eres ese hombre! Y ahora el Dios de Israel quiere que oigas esto:

“Yo te hice rey de todo mi pueblo. Yo te cuidé para que Saúl no te matara. Hasta te di su palacio y sus mujeres, y aun te habría dado mucho más, si tú así lo hubieras querido.

”¿Por qué te burlaste de mí, que soy tu Dios? ¿Por qué hiciste lo que yo prohíbo? En realidad no fueron los amonitas quienes mataron a Urías; lo mataste tú, ¡y lo hiciste para quedarte con su mujer!

10 ”Pero ahora, por haberte burlado de mí, y por haberle quitado a Urías su mujer, siempre habrá en tu familia muertes violentas. 11-12 Tus propios hijos te harán sufrir mucho. Si a escondidas tuviste relaciones sexuales con la mujer de otro, yo haré que otros tomen a tus mujeres y se acuesten con ellas delante de todo el mundo”.

13 David le dijo a Natán:

—Reconozco que he pecado contra Dios, y que he hecho lo que a él no le gusta.

Natán le contestó:

—Por eso mismo Dios te ha perdonado, y no vas a morir. 14 Pero por haberte burlado de él, no vivirá el hijo que tuviste con Betsabé.

15 Después de decir esto, Natán se fue a su casa.

En efecto, Dios hizo que el niño se enfermara gravemente. 16 David no comía nada, y se pasaba toda la noche tirado en el suelo, rogándole a Dios que curara al niño. 17 Sus consejeros le pedían que se levantara del suelo y comiera, pero David se negaba a hacerlo.

18 Al séptimo día, el niño murió. Los consejeros no se atrevían a decirle nada a David, porque pensaban: «Si cuando el niño aún vivía, le pedíamos que comiera y no nos hacía caso, ahora que el niño ya murió, es capaz de hacer una tontería».

19 Pero David se dio cuenta de que sus consejeros le ocultaban algo, y comprendió que su hijo ya había muerto. Entonces dijo:

—Ya murió el niño, ¿verdad?

Y los consejeros le contestaron:

—Sí, ya murió.

20 De inmediato David se levantó del suelo y se bañó, se perfumó y se cambió de ropa. Luego fue a adorar a Dios a la carpa donde estaba el cofre del pacto, y cuando regresó a su casa pidió que le sirvieran de comer, y comió.

21 Sus consejeros le preguntaron:

—¿Por qué hace esto Su Majestad? Cuando el niño aún vivía, usted no comía y lloraba mucho por él, y ahora que ha muerto, ¡usted se levanta y se pone a comer!

22 David les contestó:

—Mientras el niño aún vivía, yo no comía y lloraba porque creía que Dios me tendría compasión y sanaría a mi hijo. 23 Pero ahora que ya ha muerto, ¿qué gano con no comer? No puedo devolverle la vida, ni hacer que vuelva a estar conmigo. Más bien, algún día yo moriré e iré a reunirme con él.

Nacimiento de Salomón

24 David fue a consolar a Betsabé, y tuvo relaciones sexuales con ella. Con el tiempo, ella tuvo un hijo, y David le puso por nombre Salomón. Fue tanto el amor de Dios por el niño, 25 que envió al profeta Natán para que les dijera: «En mi honor, este niño se llamará Jedidías, que significa “Amado de Dios”».

David vence a los amonitas (1 Cr 20.1-3)

26 Mientras tanto, Joab había seguido atacando la ciudad de Rabá, pues allí vivía el rey de los amonitas. Cuando ya estaba por conquistarla, 27 mandó a decirle a David:

«Después de muchos días de atacar a Rabá, no he permitido que sus habitantes tengan paso a sus depósitos de agua. Ya estamos por entrar en la ciudad, 28 así que reúna Su Majestad a todo su ejército y venga a tomar la ciudad; de lo contrario, yo tendría que tomarla y le pondría mi nombre».

29 Entonces David reunió a todo su ejército, y atacó y conquistó la ciudad de Rabá. 30 David le quitó al rey la corona, la cual era de oro, pesaba treinta y tres kilos, y tenía una piedra preciosa. David le quitó a la corona esa piedra preciosa y la puso en su propia corona, y se llevó además gran parte de las riquezas de la ciudad. 31 A la gente que vivía en la ciudad la sacó de allí y la condenó a trabajos forzados. La obligó a usar sierras, picos y hachas de hierro. También la obligó a hacer ladrillos, como lo había hecho con todas las ciudades amonitas que había conquistado. Después de eso, David y su ejército regresaron a Jerusalén.

David y Betsabé

11 Aconteció que en la primavera[a], en el tiempo cuando los reyes salen a la batalla, David envió a Joab y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los hijos de Amón(A) y sitiaron a Rabá(B). Pero David permaneció en Jerusalén(C).

Y al atardecer David se levantó de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa del rey, y desde el terrado(D) vio a una mujer que se estaba bañando; y la mujer era de aspecto muy hermoso. David mandó a preguntar acerca de aquella mujer. Y alguien dijo: ¿No es esta Betsabé, hija de Eliam(E), mujer de Urías hitita(F)? David envió mensajeros y la tomó; y cuando ella vino a él, él durmió con ella(G). Después que ella se purificó de su inmundicia(H), regresó a su casa. Y la mujer concibió; y envió aviso a David, diciendo: Estoy encinta(I).

Entonces David envió a decir a Joab: Envíame a Urías hitita. Y Joab envió a Urías a David. Cuando Urías vino a él, David le preguntó por[b] Joab(J), por[c] el pueblo y por el estado de la guerra. Después dijo David a Urías: Desciende a tu casa, y lava tus pies(K). Salió Urías de la casa del rey, y tras él fue enviado[d] un obsequio del rey. Pero Urías durmió a la entrada de la casa del rey con todos los siervos de su señor, y no bajó a su casa(L). 10 Cuando se lo contaron a David, diciendo: Urías no bajó a su casa, David dijo a Urías: ¿No has venido de hacer un viaje? ¿Por qué no bajaste a tu casa? 11 Y Urías respondió a David: El arca, Israel y Judá están bajo tiendas[e](M), y mi señor Joab y los siervos de mi señor acampan a campo abierto(N). ¿He de ir yo a mi casa para comer, beber y acostarme con mi mujer? Por tu vida y la vida de tu alma, que no haré tal cosa. 12 Entonces David dijo a Urías: Quédate aquí hoy también, y mañana te dejaré ir(O). Y se quedó Urías en Jerusalén aquel día y el siguiente[f]. 13 Y David lo convidó a comer y a beber con él[g], y lo embriagó(P). Al anochecer Urías salió a acostarse en su cama con los siervos de su señor, pero no descendió a su casa(Q).

14 Y aconteció a la mañana siguiente que David escribió una carta(R) a Joab, y la envió por mano de Urías. 15 En la carta había escrito[h]: Poned[i] a Urías al frente de la batalla más reñida[j] y retiraos de él, para que sea herido y muera(S). 16 Así[k] que cuando Joab asediaba la ciudad, puso a Urías en el lugar donde sabía que había hombres valientes. 17 Y los hombres de la ciudad salieron y pelearon contra Joab, y algunos de los siervos de David cayeron, y murió también Urías hitita(T). 18 Joab envió a informar a David de todos los sucesos de la guerra, 19 y dio orden al mensajero, diciendo: Cuando hayas acabado de contar al rey todos los sucesos de la guerra, 20 si sucede que el furor del rey se enciende[l] y te dice: «¿Por qué os acercasteis tanto a la ciudad para pelear? ¿No sabíais que dispararían desde el muro? 21 ¿Quién mató a Abimelec, hijo de Jerobaal? ¿No arrojó una mujer sobre él una muela de molino desde lo alto del muro de manera que murió en Tebes(U)? ¿Por qué os acercasteis tanto al muro?». Entonces le dirás: «También tu siervo Urías hitita ha muerto».

22 Partió, pues, el mensajero, y llegó e informó a David todo lo que Joab le había enviado a decir. 23 Y el mensajero dijo a David: Los hombres prevalecieron contra nosotros y salieron al campo contra nosotros, pero los rechazamos[m] hasta la entrada de la puerta. 24 Pero los arqueros tiraron contra tus siervos desde la muralla; y algunos de los siervos del rey han muerto, y también tu siervo Urías hitita ha muerto. 25 Entonces David dijo al mensajero: Así dirás a Joab: «No tengas pesar por esto[n], porque la espada devora tanto a uno como al otro; haz más fuerte tu combate contra la ciudad y destrúyela»; y tú aliéntalo.

26 Al oír la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido(V). 27 Cuando pasó el luto, David mandó traerla[o] a su casa, y ella fue su mujer; y le dio a luz un hijo. Pero lo que David había hecho fue malo a los ojos del Señor(W).

Natán reprende a David

12 Entonces el Señor envió a Natán a David(X). Y vino a él(Y) y le dijo:

Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre.
El rico tenía muchas ovejas y vacas.
Pero el pobre no tenía más que una corderita
que él había comprado y criado,
la cual había crecido junto con él y con sus hijos.
Comía de su pan[p], bebía de su copa y dormía en su seno,
y era como una hija(Z) para él.
Vino un viajero al hombre rico
y este no quiso[q] tomar de sus ovejas ni de sus vacas
para preparar comida para el caminante que había venido a él,
sino que tomó la corderita de aquel hombre pobre y la preparó para el hombre que había venido a él.

Y se encendió la ira de David en gran manera contra aquel hombre, y dijo a Natán: Vive el Señor, que ciertamente el hombre que hizo esto merece morir[r](AA); y debe pagar cuatro veces(AB) por la cordera, porque hizo esto y no tuvo compasión.

Entonces Natán dijo a David: Tú eres aquel hombre(AC). Así dice el Señor, Dios de Israel: «Yo te ungí(AD) rey sobre Israel y te libré de la mano de Saúl. Yo también entregué a tu cuidado[s] la casa de tu señor y las mujeres de tu señor, y te di la casa de Israel y de Judá(AE); y si eso hubiera sido poco, te hubiera añadido muchas cosas como estas. ¿Por qué has despreciado la palabra del Señor haciendo lo malo(AF) a sus ojos? Has matado[t] a espada a Urías hitita(AG), y has tomado a su mujer para que sea mujer tuya(AH), y lo has matado con la espada de los hijos de Amón. 10 Ahora pues, la espada nunca se apartará de tu casa(AI), porque me has despreciado y has tomado la mujer de Urías hitita para que sea tu mujer». 11 Así dice el Señor: «He aquí, de tu misma casa levantaré el mal contra ti; y aun tomaré tus mujeres delante de tus ojos y las daré a tu compañero, y este se acostará con tus mujeres(AJ) a plena luz del día[u]. 12 En verdad, tú lo hiciste en secreto(AK), pero yo haré esto delante de todo Israel(AL), y a plena luz[v] del sol». 13 Entonces David dijo a Natán: He pecado contra el Señor(AM). Y Natán dijo a David: El Señor ha quitado tu pecado[w]; no morirás(AN). 14 Sin embargo, por cuanto con este hecho has dado ocasión de blasfemar(AO) a los enemigos del Señor, ciertamente morirá el niño que te ha nacido. 15 Y Natán regresó a su casa.

Y el Señor hirió al niño que la viuda[x] de Urías dio[y] a David, y se puso muy enfermo. 16 David rogó a Dios por el niño; y[z] ayunó(AP), y fue y pasó la noche acostado en el suelo(AQ). 17 Y los ancianos de su casa(AR) se pusieron a su lado para levantarlo del suelo, mas él no quiso, y no comió pan[aa] con ellos. 18 Sucedió que al séptimo día el niño murió; y los siervos de David temían informarle que el niño había muerto, pues se decían: He aquí, cuando el niño estaba todavía vivo, le hablábamos y no nos escuchaba[ab]. ¿Cómo, pues, vamos a decirle que el niño ha muerto? Puede hacerse daño. 19 Pero viendo David que sus siervos susurraban entre sí, comprendió[ac] que el niño había muerto, y[ad] dijo a sus siervos: ¿Ha muerto el niño? Y ellos respondieron: Ha muerto. 20 Entonces David se levantó del suelo, se lavó, se ungió y se cambió de ropa(AS); entró en la casa del Señor y adoró(AT). Después vino a su casa y cuando pidió, le pusieron comida delante y comió. 21 Y sus siervos le dijeron: ¿Qué es esto que has hecho? Mientras[ae] el niño vivía, ayunabas y llorabas, pero cuando el niño murió, te levantaste y comiste pan[af]. 22 Y él respondió: Mientras el niño aún vivía, yo ayunaba y lloraba(AU), pues me decía: «¿Quién sabe si el Señor tendrá compasión de mí y el niño viva(AV)?». 23 Pero ahora que ha muerto, ¿por qué he de ayunar? ¿Podré hacer que vuelva? Yo iré a él(AW), pero él no volverá a mí(AX).

24 Y David consoló a Betsabé su mujer, y vino a ella y se acostó con ella; y ella dio a luz un hijo; y él[ag] le puso por nombre Salomón(AY). Y el Señor lo amó, 25 y envió un mensaje por medio[ah] del profeta Natán, y le puso el nombre de Jedidías[ai], por causa del Señor.

David conquista a Rabá

26 (AZ)Joab combatió contra Rabá de los hijos de Amón, y conquistó la ciudad real(BA). 27 Entonces Joab envió mensajeros a David que le dijeran: He combatido contra Rabá, y también he tomado la ciudad de las aguas. 28 Ahora pues, reúne el resto del pueblo y acampa contra la ciudad y tómala, no sea que tome yo la ciudad y sea llamada por mi nombre. 29 Reunió David a todo el pueblo y fue a Rabá, y peleó contra ella y la tomó. 30 Quitó la corona de la cabeza de su rey[aj], la cual pesaba un talento[ak] de oro y tenía una piedra preciosa, y fue puesta[al] sobre la cabeza de David. Y él sacó botín de la ciudad en grandes cantidades(BB). 31 Y la gente que había en ella, la sacó y la puso a trabajar con sierras, con trillos de hierro y con hachas de hierro, también la puso a trabajar en[am] los hornos de ladrillos(BC). Así hizo a todas las ciudades de los hijos de Amón. Entonces regresó David con todo el pueblo a Jerusalén.

Notas al pie

  1. 2 Samuel 11:1 Lit., al regreso del año
  2. 2 Samuel 11:7 Lit., por el bienestar de
  3. 2 Samuel 11:7 Lit., por el bienestar de
  4. 2 Samuel 11:8 Lit., salió
  5. 2 Samuel 11:11 O, enramadas
  6. 2 Samuel 11:12 Lit., y mañana
  7. 2 Samuel 11:13 Lit., Lo llamó y bebió y comió en su presencia
  8. 2 Samuel 11:15 Lit., escrito, diciendo
  9. 2 Samuel 11:15 Lit., Dad
  10. 2 Samuel 11:15 Lit., fuerte
  11. 2 Samuel 11:16 Lit., Y sucedió
  12. 2 Samuel 11:20 Lit., se sube
  13. 2 Samuel 11:23 Lit., estuvimos sobre ellos
  14. 2 Samuel 11:25 Lit., No sea esto malo ante tus ojos
  15. 2 Samuel 11:27 Lit., recogerla
  16. 2 Samuel 12:3 Lit., bocado
  17. 2 Samuel 12:4 Lit., y se abstuvo de
  18. 2 Samuel 12:5 Lit., es un hijo de muerte
  19. 2 Samuel 12:8 Lit., en tu seno
  20. 2 Samuel 12:9 Lit., herido
  21. 2 Samuel 12:11 Lit., a vista de este sol
  22. 2 Samuel 12:12 Lit., delante
  23. 2 Samuel 12:13 Lit., hecho que tu pecado pase
  24. 2 Samuel 12:15 Lit., mujer
  25. 2 Samuel 12:15 Lit., dio a luz
  26. 2 Samuel 12:16 Lit., y David
  27. 2 Samuel 12:17 O, alimento
  28. 2 Samuel 12:18 Lit., no escuchaba nuestra voz
  29. 2 Samuel 12:19 Lit., David entendió
  30. 2 Samuel 12:19 Lit., y David
  31. 2 Samuel 12:21 Lit., Por causa de que
  32. 2 Samuel 12:21 O, alimento
  33. 2 Samuel 12:24 Algunos mss. y dos versiones antiguas dicen: ella
  34. 2 Samuel 12:25 Lit., mano
  35. 2 Samuel 12:25 I.e., amado del Señor
  36. 2 Samuel 12:30 O, de Milcam; véase Sof. 1:5
  37. 2 Samuel 12:30 Un talento equivale aprox. a 34 kg.
  38. 2 Samuel 12:30 Lit., estaba
  39. 2 Samuel 12:31 Lit., y los hizo pasar por